Carla y Sergio, nuestro comienzo, hace algo mas de 5 años
Fecha: 29/03/2024,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Dessert3, Fuente: CuentoRelatos
De a poco irán conociendo nuestra historia. Carla y Sergio, amantes, 32 y 68 años. Sergio, casado, Carla, libre. Él voyeur y participativo, ella super sexy y muy de entregarse.
Somos amantes desde hace seis años y desde hace cinco años y medio, nos compartimos, a veces con conocidos que se hacen amigos, a veces con extraños de una sola vez.
Siempre con condiciones básicas, cero alcohol, cero droga, cero escato. 100 % de reserva y privacidad. El resto, se ve, abiertos a casi todo lo hetero y a juegos entre chicas, desde luego.
Siempre escribo yo, Sergio, voyeur empedernido, siempre presente en los encuentros, o casi siempre, y activo participante en ellos muchas veces, otras, solamente miro.
Para presentarnos y conocerlos y que nos conozcan, iré relatando los principales encuentros del pasado y los nuevos que se van dando, casi siempre semana a semana, con conocidos o nuevos. De especial interés es el último nuevo incorporado, un extranjero de primerísimo nivel y encantador.
Pero manos a la obra, a nuestro debut!
Todo comenzó en la cama, obvio, cuando en plena faena le digo a Carla… “que lindo sería ver como te cogen!“. Y ella ni lenta ni tímida me dice… ”cuando y con quien”? “donde”?
Hablar eso y ponernos a planificarlo fue todo uno.
Ubiqué un apartamento (departamento dirían en Argentina) de alquiler turístico, por día. Excelentísimo nivel, frente al Golf, para los que conocen MVD, y de los mismos propietarios, otro más pequeño, sin vistas, muy ...
... cerca ambos de la zona de restaurants y shopping en Punta Carretas.
Decididos, pero sin idea de que hacer para conquistar a alguien, dijimos “es hoy“, rentamos el apartamento pequeño y decidimos tomarnos el fin de la mañana y toda la tarde. Tanto mi, poco, trabajo, como el de Carla, licenciada traductora de dos idiomas, nos permiten tomarnos horas casi sin límite de día.
Si bien soy casado y Carla libre, cierta circunstancia nos permite reunirnos en público, sin mimos, sin despertar sospechas.
Comenzamos por el shopping, recorrida, cero hombre libre… paseo en la rambla, y nada.
Era la hora, nos fuimos a almorzar a un restaurante muy conocido, pedimos mesa en el piso de arriba, a ver si veíamos a alguien y nos animábamos. Era febrero, mucho calor. Al ubicarnos, abajo había mucha gente, pero arriba solamente tres mesas ocupadas, y nosotros. Elegí una mesa cercana a dos caballeros, que estaban estudiando la carta.
Lo habíamos hablado, Carla de camisa blanca y jean blanco con camperita liviana azul, cola espectacular (no se los había dicho, Carla mide 1.73 y 90 60 93).
De inmediato y en voz alta comienza a quejarse del calor, se para, se quita la campera, se asegura de dar la espalda a los vecinos de mesa, que no pueden dejar de mirar y se sienta.
A los cinco minutos, “no aguanto el calor, voy a refrescarme”. Se para, se va al baño moviéndose en forma espectacular… la miran… y yo les digo a los señores de la mesa de al lado (treinta y pico cada uno, buena ...