Mis odiosas hijastras (3)
Fecha: 31/03/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... sentar al lado de Sami, ya que era el único lugar libre, pues Valentina parecía negada a compartir el sofá con alguien más. Ahí estaban las tres hermanitas. La fina y elegante Agos, la despampanante y mal hablada Valentina, y la tímida y silenciosa Sami.
Prendimos el televisor, para terminar de ver la película, aunque a ninguno le había gustado mucho, y Sami ni siquiera la había visto desde el principio. Las chicas hablaban entre ellas cada tanto, y yo me sumí en mis pensamientos. Una de ellas me había acariciado la verga hacía apenas unos minutos. Una de ellas sentía una atracción hacia mí lo suficientemente fuerte como para realizar tal acción. Una de ellas se estaba haciendo la tonta, actuando con total normalidad frente a las demás.
Hice lo posible por capturar alguna mirada subrepticia, algún gesto de nerviosismo, cualquier cosa que pudiera poner en evidencia a la asaltante, pero no noté nada demasiado llamativo como para estar seguro de quién se trataba. Además, sabía que debía tener cuidado, porque en el estado exaltado en que me encontraba, corría el riesgo de malinterpretar cualquier actitud que pudieran tener.
Si bien no tenía ningún motivo concreto que me llevara a ello, de alguna manera Valentina era la que más sospechas me despertaba. De hecho, si tuviera que traducir mis sospechas a números, diría que había un cincuenta por ciento de probabilidades de que haya sido ella. Lo que me impulsaba a llegar a tal conclusión era la manera en que sucedieron ...
... las cosas. Es decir, un manoseo sin consentimiento en plena oscuridad… Esa acción deleznable era más típica en los hombres, que solían manosear culos de desconocidas en boliches o recitales, aprovechando el anonimato y la penumbra. Y la que tenía una actitud más varonil, por lejos, era Valentina. Ahora bien, ¿Por qué lo había hecho? ¿Para molestarme? Se me ocurrió que quizás pretendía contarle a su mamá lo que había sucedido, y si yo no le dijera nada antes que ella, quedaría expuesto. Pero no, no podía ser eso. Ese no era el estilo de Valentina, además que de esa manera ella misma quedaría mal parada ante su madre. Otra idea que se me cruzó por la cabeza fue que lo hizo simplemente porque se vio tentada a hacerlo. Siempre había aceptado la atracción sexual que me generaba esa pendeja maleducada, pero nunca había pensado que ella podría sentir algo parecido por mí. Pero ahora no podía descartar esa posibilidad. La miré de reojo. Estaba viendo la película sin prestarle mucha atención, y a pesar de haberse quejado de que le quedaba poca batería al celular, no dejaba de mirarlo a cada rato, y eso que ni siquiera se había tomado la molestia de ponerlo a cargar mientras había electricidad, error que yo mismo había cometido, y que más adelante me recriminaría. Pero en ese momento mi cabeza estaba sumergida en intentar descubrir a la asaltadora. Valen había vuelto a su pose de emperatriz egipcia, y el gesto de desdén que había en su semblante en ese momento le otorgaba un extraño ...