1. Viernes por la noche


    Fecha: 18/10/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    VIERNES EN EL D.F.
    
    Viernes por la noche, México, D. F. Noche de machos tomándose un trago en una cantina, contando chistes sexuales, hablando de fútbol, riéndonos de las ocurrencias del otro. Noche de machos viviendo al filo de la navaja, viviendo acaloradas fantasías avivadas por el alcohol. El trabajo había terminado temprano, y como todos los viernes, nos juntábamos desde hacía dos meses unos cinco compañeros de trabajo para "festejar" el fin de semana. Unos tomaban tequila, otros cerveza, uno brandy, y yo in ron con refresco de cola malísimo. Un mesero chaparro y bigotón iba y venía por entre las mesas, contestando a todos los chascarrillos de doble sentido.
    
    Andrés era el más joven, de apenas 19 años, conserje de la oficina, con un rostro de niño y un cuerpo delgado. Celebraba ruidosamente los chistes que cualquiera contaba, y me daba golpes en el hombro cada vez que se reía. A Al otro lado, Augusto, casi tan joven como él, bebía un trago tras otro y ya daba muestras de haber bebido más de la cuenta. Ya llevábamos más de cuatro horas allí, y pasaban de las doce cuando decidimos marcharnos. Salimos afuera y Luis y Rodrigo decidieron tomar un taxi. Andrés y Augusto, como ya no había metro a esa hora, decidieron caminar conmigo hacia su colonia, a unas cuadras de donde yo vivía. Echamos a andar, pero la caminata pronto resultó demasiado para Augusto. A dos cuadras ya venía agarrándose de las paredes. Andrés me pidió que los dejara dormir en mi departamento esa ...
    ... noche, y yo acepté.
    
    Al pie del edificio de departamentos., Andrés avisó por teléfono a sus familiares, y enseguida subimos.
    
    Entre Andrés y yo acostamos a Augusto en un catre de campaña, en la sala, le quitamos los zapatos, la camisa y le aflojamos el pantalón, y luego los dos nos metimos a la recámara. Andrés pidió permiso para darse un baño, y le presté una toalla y saqué de la despensa un cepillo dental nuevo. Se quitó la camisa, tomó la toalla y se fue al baño. Cuando regresó, venía apenas con un calzón tipo bikini, de seda estampada, y aún traía la espalda húmeda, empapada con gotas de agua. Su blanca piel destacaba a la luz de la lámpara y su rostro de niño estaba brillante. Sus tetillas estaban erguidas por el efecto del agua fría.
    
    Qué, ¿no te vas a bañar? Preguntó. Yo asentí, y saqué otra toalla y me dirigí al baño. Regresé, vestido con un boxer negro algo flojo, con el pelo todavía mojado. Andrés ya había apagado la luz y encendido la televisión de la recámara, colocando el sonido en un tono muy bajo para procurar que Augusto no se despertara. Estaban dando una película porno y Andrés estaba sobre la cama, con la verga parada levantando la tela de su bikini. La visión de su cuerpo joven y excitado me sacudió, pero no dije nada. Me sequé el cabello y me acosté, tratando de que no se notara la incipiente erección que ya traía. El boxer flojo me ayudaba a disimular un poco. Pero Andrés estaba superexitazo. ¡Míra como se la mete! Decía, ¡Qué vergón tiene ese wey! Yo ...
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