Sexo con papá en el baño de una estación de servicio
Fecha: 01/04/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
... un poco más, sobre todo para no incomodarlo a él. Tratando de acomodar mis pensamientos estaba cuando de repente papá se asoma por la puerta del baño.
─¿Estás sola? ─preguntó.
Solamente asentí con la cabeza. Entró, me abrazó por detrás y me besó en el cuello.
─¿Qué hace mi nenita caprichosa? ¿Todo bien?
─Sí ─respondí, intentando parecer más enojada de lo que estaba.
─Tranquila bebé, papi solo tiene ojos para vos ─dijo de modo tierno.
Un estremecimiento me recorrió entera al sentir su pija dura apoyada contra mi culo. Giré de inmediato, lo miré a los ojos y le agarré la pija.
─¿Esta también es solo para mí? ─pregunté con voz y gesto aniñado.
─Ni lo dudes, bebé ─respondió, uniendo sus labios tibios con los míos.
Ahí noté que más que enojada, estaba caliente. Llevábamos varios días sin coger, por lo que en ese beso liberé muchas tensiones que tenía acumuladas. Pero sentí que la cosa no podía quedar solamente en ese beso. Algo dentro mío se encendió haciéndome olvidar de en donde estaba. Lo único que quería era que papá volviese a estar adentro mío. Al parecer, el sintió lo mismo, ya que no tuve que decir ni insinuar nada. En medio del beso, una de sus manos corrió mi blusa para apretar con fuerza una de mis tetas, mientras la otra mano traspasó mi short y mi tanga, para ir a jugar directamente con mi concha. A esa altura, ya estaba por demás mojada, cosa que papá celebró llevándose los dedos húmedos a la boca. Eso me volvió loca, por lo que lo ...
... aparté, me arrodillé y liberé su pija. Estaba gigante y dura, por lo que no tardé ni un segundo en llevarla a mi boca.
La pija de papá sabía a caramelo acido, cosa que me encantaba. Me llenaba toda la boca, provocándome unas arcadas hermosas. Se la chupé por varios minutos hasta sentir que estaba lista para cogerme. Pero papá, al parecer, tenía muchas ganas de complacer a su nena. Me hizo poner de pie, me levantó en el aire y me sentó en el lavamanos, abriéndome las piernas, para luego meter toda su lengua adentro de mi concha. No pasó demasiado tiempo para empaparle la cara con un orgasmo, cosa que celebró:
─Sí, nena. Acabale de nuevo la cara a papi, dale, dame más lechita ─dijo y siguió chupando cada vez con más intensidad, mientras comenzaba a meter uno, dos, tres dedos en mi concha.
A esa altura se me hacía imposible callar mis gemidos, casi gritos, de placer. Papá no intentó callarme, al contrario, me pedía que lo hiciera más fuerte. Le pedí por favor que me cogiera, que quería sentirlo adentro. Sabía que no daba más, por lo que no hizo que le rogara demasiado. Volvió a besarme. Me encantó sentir el sabor de mi concha en su boca. Sin cortar el beso, fue metiendo su pija adentro mío lentamente. Se sentía muy gruesa, mucho más que otras veces, por lo que la excitación que me provocó sentir como iba entrando fue extrema.
─Sí, papi, sí papi ─era lo único que me salía decir.
Al meterme toda la pija, comenzó a moverse de adelante hacia atrás, sacando y poniendo una y ...