Sexo con papá en el baño de una estación de servicio
Fecha: 01/04/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Martina Paz, Fuente: CuentoRelatos
... otra vez la pija. La sensación era increíble. Repetía una y otra vez el primer pijazo haciéndome, haciéndome ver las estrellas cada vez que la punta de su pija hacia tope en el fondo de mi concha.
─Dale pa, cógeme, cógeme fuerte, por favor ─supliqué, sintiendo como algunas lágrimas de felicidad comenzaban a brotar de mis ojos.
Papá me pasó la lengua por las lágrimas y luego me besó en los labios con intensidad. Tanta, que un poco me hizo doler. Luego se alejó, y empezó a cogerme cada vez con mas fuerza. Con una mano me sostenía de la cintura, mientras que con la otra liberó mis tetas. Me cogía y me daba fuertes cachetadas en las tetas, cosa que me volvía loca.
Luego de un rato, con las tetas totalmente coloradas y la concha empapada por un nuevo orgasmo, papá me bajó del lavamanos y me ubico de frente a él, inclinando mi cuerpo hacia abajo. En el espejo podía verme ahí, despeinada, con las tetas incendiadas y a papá dándome fuerte desde atrás.
─Papi, por la cola ─supliqué.
Papá se agachó detrás de mí, abrió más mis piernas y comenzó a chuparme el culo. Su lengua entraba con demasiada facilidad, al igual que los tres dedos que comenzó a introducir de a uno. Con el camino totalmente liberado, su pija entró como deslizándose, como si su única misión en la vida fuese entrar en mi culo. Me cogió fuerte y rápido, atrayéndome hacia él agarrándome de las tetas.
─Sí, papi, así. Fuerte. Quiero toda tu leche adentro mío papi, así, si, fuerte, no pares papi, dame ...
... fuerte…
El estallido adentro de mi culo fue monumental. Sentí como esa leche hirviendo se estrellaba en el fondo de mi culo, para luego comenzar a descender rodeando la superficie de su pija. Papá se tumbó contra mí, aprisionándome entre su cuerpo y el lavamanos. A través del espejo lo vi jadeando, con los ojos cerrados y una gran expresión de felicidad en el rostro, demasiado similar a la mía. Lo empujé para sacármelo de encima, cosa que me costó. Apoyé mi culo en el lavamanos, como sentada, y papá me abrazó y me besó dulcemente en los labios.
El sonido de una puerta que se abría, nos puso en alerta. De manera automática guiamos nuestras miradas hacia el sitio y nos encontramos con la moza que no había tomado el pedido, con los brazos cruzados, los ojos abiertos como platos y una expresión de sorpresa que no le cabía en el rostro.
─Eh... yo… pensé que eran padre e hija ─dijo tartamudeando.
─Lo somos. ¿Algún problema? ─respondí sacando una fiereza que no sabía que había en mí.
La expresión inicial de sorpresa de su rostro mutó a algo parecido al espanto, pero al instante volvió a lo que podría decirse “normal”.
─Si ustedes no tienen problema, yo tampoco ─dijo.
De inmediato, dio los pasos que le faltaban para ingresar al baño, sacó una llave de su bolsillo y trabó la puerta. La odié como nunca había odiado a nadie, pero al ver el brillo que nació en los ojos de papá, suspiré resignada. Faltaban un par de meses para el día del padre, pero sentí que no estaría mal ...