Confidencias 20 Alberto me prueba
Fecha: 18/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... preparando con más esmero que otras veces, lavándome y aseándome con detalle, escogiendo la ropa que mejor me sentaba aunque tendría que llevar una chaqueta para el agua y escogí una con capucha, impermeabilizada de color rojo. Una vez preparado busqué a Edu para despedirme. -Estas precioso, ese chico caerá rendido ante ti. Me besó en los labios y sentí cierta molestia por que necesitaba que fueran los de Alberto los que me besaran y ahora me sentía sucio. Damián estaba esperándome ante las escalinatas de la entrada principal de la casa, y unos minutos antes de lo acordado se detenía ante el semáforo, Alberto ya me esperaba, con un paraguas en la mano, al menos ahora no llovía. -¡Hola! Le saludé, su paraguas estaba mojado y eso que no llovía en este momento. -Creía que no vendrías. Le notaba inquieto moviéndose y me di cuenta de los pies tan grandes que tenía, o la zapatillas que llevaba le estaban grandes, sobresalían más al llevar unos pantalones ajustados negros que delinean sus piernas hasta la rodilla, El resto lo tapaba una chaqueta larga de color teja. -He llegado minutos antes de la hora que quedamos. Me miró atónito abriendo la boca en un “O”, como asustado, llevaba barba de varios días y el pelo alborotado y loco. Nos pusimos a reír. -Llevo más de media hora paseando por la calle, impaciente de que llegaras no podía estar en casa y tuve que salir para calmarme. Parece que le sucedía lo mismo que a mí. Estábamos en la acera quietos mientras hablábamos. -¿Dónde me ...
... vas a llevar? ¿Tú conocerás esto? No dejaba de mirarme. -¡Oh! Sí, claro, mi casa está cerca y conozco perfectamente esto, perdona. Vamos hacia el río, hay un parque muy bonito que frecuentan los padres con sus niños aunque hoy será difícil verles jugar. Señalaba el cielo cubierto de nubes con el paraguas y además hacía un ligero viento que refrescaba el ambiente. Comenzamos a caminar y a veces giraba la cabeza para mirarle con disimulo, él debía hacer lo mismo y alguna vez coincidíamos. -Parece que nos estamos estudiando. Hablé por decirle algo aunque a los dos nos asomaba la risa. -Yo te miro porque no puedo creer que haya un chico tan guapo y que además vaya a mi lado. Consiguió que la cara se me pusiera roja, acostumbrado como estaba a escuchar siempre lo mismo. Llegamos a la ribera del río, había muy poca gente paseando, algunos por obligación para sacar a sus mascotas, y comenzó a caer agua, no eran gotas, era niebla microscópica y que mojaba, me subí el choto de la chaqueta para taparme la cabeza. Y Alberto abrió el paraguas. -Ven, cobíjate conmigo y no ocultes el cabello tan lindo que tienes. Me coloqué a su lado e hice lo que me pedía. -Sujétate a mi brazo para estar más cerca y que nos cubra a los dos. Otra vez obedecía su mandato o más bien ruego. El parquecito era bonito pero los pocos que quedaban huían de la lluvia, que impulsada por el viento hacía inútiles los paraguas para la parte baja del cuerpo. -Nos vamos a mojar toda la ropa, es mejor que vayamos a un bar ...