1. Una chica normal (1): Pagando la renta con el culo


    Fecha: 02/04/2024, Categorías: Confesiones Autor: Megan Saori, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegar a mi carnoso culo. Sentí el toque de sus manos titubeante al principio, para luego ir tomando confianza y no solo enjabonar mis cachetes sino también pasar su mano por la raya que divide mis nalgas, rozando mi panochita. Sin ni siquiera pensarlo, separé mis piernas para darle mejor acceso a su mano para que pudiera introducirse en medio de ellas y enjabonara mi panocha con mayor facilidad. Yo permanecía con mis ojos cerrados, disfrutando la perversa caricia que hacía don Luis en mí. Sentí como pasaba su mano por mi tupida mata de pelos, enjabonando y frotando fuerte mi entrepierna. No tardé mucho en sentir como empezaba a segregar jugos vaginales.
    
    “Abre tus nalgas para limpiarte bien, mija” escuché decir a don Luis y de nuevo, sin siquiera titubear, tomé los gordos cachetes de mi culo y los abrí de forma impúdica, dándole una vista total de mi más secreto orificio.
    
    Las manos de don Luis se paseaban frenéticas por toda la raja de mi culo, para luego detenerse en mi ano, frotando fuerte como si quisiera meterme la barra de jabón. No pude evitar lanzar un gemido cuando uno de sus flacos y rugosos dedos penetró mi ano.
    
    “¡Ugh! No don Luis, no… me... pique por atrás”
    
    “¿No te gusta por el culo?” me pregunto don Luis sin sacar su dedo de mi trasero.
    
    “Si me gusta. Pero no hago del baño desde ayer y estoy sucia” le contesté, pero no saco su dedo. Se lo tuve que repetir de nuevo y esta vez sí retiró su dedo de mi ano.
    
    Estaba sintiendo tan rico que yo solita me ...
    ... di vuelta, para ponerme frente a él, como autorizándolo a enjabonarme la parte frontal de mi cuerpo. Yo seguía con mis ojos cerrados, como si de esa manera negara el estar haciendo las cosas ya con toda la intención. Y si bien todo esto era por conveniencia del pago de mi renta, para nada me estaba forzando don Luis.
    
    Mi rentero no perdió tiempo. Sentí como sus manos se apoderaban del par de pequeños globos que formaban mis tetas y olvidándose del jabón, empezó a apretarlos y estrujarlos cada vez más fuerte. No pude evitar empezar a gemir, lo cual encendió más a don Luis. Me imagino que ver mi rostro de niña inocente, con el agua escurriendo y lanzando gemidos como toda una putita, era todo un espectáculo para ese hombre que podría ser mi abuelo.
    
    Lo siguiente fue sentir como su boca se apoderaba de mis pechos, como succionaba mis pezones con furia. Primero uno, luego el otro. Pase una mano sobre su nuca y lo empuje para que siguiera comiéndose mis duros pezones de areola oscura. Al ser él más alto que yo, eso le obligaba a encorvar su cuerpo para poder chuparme sin problema. Yo misma me paraba de puntitas para facilitarle la faena. Me tomo por mis nalgas con sus manos y me levanto en vilo, apoyándome contra la pared sin dejar de chupar mis tetas. Sentía como la dura cabeza de su erecta verga punteaba la entrada de mi panocha. Solo era cuestión de dejarme caer para empalarme por completo en su duro mástil. Habíamos pasado de bañarnos juntos a un faje entre un adulto mayor ...
«12...5678»