Mis odiosas hijastras (9)
Fecha: 03/04/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... las consecuencias de lo que estaba haciendo. O, mejor dicho, las consecuencias me importaban un carajo.
¿Cuán perversa había que ser para seducir a tu padrastro? Y Agos también lo había hecho. Hasta me había hecho una paja en el pijama party. ¿Qué había pasado con esas adolescentes cuando eran chicas? Una influencia maligna parecía cernirse sobre ellas. Y si encima de todo Mariel no me había sido infiel...
—Pendeja de mierda —solté, sin poder contenerme—. Nunca tuviste un padre que te pusiera límites ¿cierto? Nunca tuviste una negativa de un hombre ¿No? Pero ¿sabés qué? Estás condenada a ser vista como un objeto sexual. Ahora te hacés la fría, la chica liberal que solo quiere chongos que la cojan bien —agregué, recordando lo que ella misma me había dicho esa mañana—. Pero en algún momento te vas a enamorar, y ningún hombre se toma en serio a una chica como vos. Podés acostarte con todos los tipos que quieras, sí, pero nunca vas a lograr que se enamoren de vos.
Había hablado envenenado por el sentimiento de venganza. Mi manera de pensar no era esa, pero quería herirla y que por fin diera la cara. Pero seguía haciéndose la dormida. Aunque le había dicho todas esas cosas denigrantes, seguía con su jueguito.
—¿De verdad vas a seguir con esto? —dije, poniéndome de pie—. Entonces seguí así, seguí fingiendo que dormís.
Agarré de un extremo el cubrecama con el que se abrigaba, y lo corrí a un lado, para luego quitarme las zapatillas y subirme a la cama. Volví a ...
... acomodar el cubrecama. Ahora quedamos como si estuviéramos durmiendo juntos.
—Ya que tanto te gusta jugar en la oscuridad, juguemos un rato —dije.
Apoyé una mano en su cadera, y la fui subiendo hasta su hombro, para saber en qué posición se encontraba ahora. Seguía igual que antes. De costado, dándome la espalda. Había esperado que con ese contacto se sobresaltara, pero no atinó a hacer nada.
Me arrimé a ella. Me di cuenta de que sus brazos estaban desnudos. Estaría durmiendo con una remera como único abrigo, imaginé. Me pregunté qué llevaba abajo. Deslicé mi mano hasta sus piernas. Enseguida percibí su piel, cosa que empezó a excitarme. Pero aun así, no estaba seguro de si llevaba algún short, o acaso…
Recordé que en el pijama party llevaba una tanguita, y que, a pesar de que hacía frío, no había atinado a ponerse algo encima, por lo que no sería extraño que durmiera solo con esa prenda abajo.
—Si te seguís haciendo la tonta, no me voy a ir de acá —dije.
Deslicé la yema de los dedos en esa suave y firme piel, hasta encontrarme con sus carnosos muslos. Imaginaba que tarde o temprano pondría el grito en el cielo por haberme metido en su cama y ahora estar manoseándola. Pero no me importaba. Ya estaba jugado. Qué le hacía una mancha más al tigre.
—Así que no pensás decirme nada. Pero a tu mami si se lo vas a decir ¿Eh? —le susurré al oído, sintiendo el perfume de su cabello, que olía muy rico considerando que se trataba de ella.
Dejé que mi mano siguiera su ...