Si estás en cuatro, tu culo peligra
Fecha: 07/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... conversación él deslizaba el dorso de la mano por el brazo, para luego pasar al muslo ante la pasividad de ella, que esbozó una mínima resistencia cuando, atrayéndola empezó a besarle el cuello y las orejas. Esa caricia, en lugares particularmente sensibles, fue suficiente para superar la débil barrera que subsistía. La progresión fue espontánea, cuando la llevó a apoyar la espalda en el suelo los labios se buscaron y los pechos femeninos fueron primero acariciados, después desnudados y luego estrujados y retorcidos logrando ayes de dolor y placer.
Un rato después se produjo el cambio, la boca del macho pasó a los pezones y la mano bajó totalmente la malla, que ella se encargó de sacar por las piernas para separarlas de par en par, ofreciendo la vulva abierta para ser íntegramente recorrida antes de recibir dedos adentro, que en rápido pistoneo la llevaron al primer orgasmo guturalmente anunciado, dejándola desmadejada.
Hombre experimentado en estas lides se tiró de espaldas a su lado dándole tiempo para reponerse. Tiempo era lo que sobraba, aunque parece que ella opinaba distinto porque en seguida se irguió lo suficiente para llegar a la cintura cubierta por el slip para retirarlo y devorar el erguido miembro que la esperaba. Poco esfuerzo le demandó recibir en la boca la catarata de semen que prolijamente tragó. Ahora sí era momento de descanso.
- “Te corriste como una yegua. ¿Que el cornudo te tiene a dieta?”
- “No simplemente que ya en la moto venía juntando ...
... ganas”.
- “Ahora te toca pija en conchita y culo”.
- “Pero aquí no, alguien que aparezca en moto o en lancha nos puede ver, mejor vamos abajo, ahí tendremos tiempo de ocultarnos”.
Desnudos como estaban bajaron tomados de la mano y detrás de una roca ella se puso en cuatro para ser penetrada vigorosamente.
- “Así papito, hasta el fondo, hacerlo fuerte, que suenen mis nalgas, lléname la panza de leche”.
- “Nunca pensé que fueras tan putita. De haberlo intuido, hace rato que el boludo de tu marido portaría cuernos”
Mientras ellos bajaban tomé sus pertenencias sin olvidar teléfonos y llave de la moto, guardé todo en mi bolso y bajé llevando el machete bien afilado. Me orienté por sus voces y los encontré dándome la espalda y concentrados en el metisaca, solo que ahora se había producido un cambio de orificio.
- “¡Bruto, me la metiste de golpe, ahora debo tener el culo roto!”
La arena y los gritos silenciaron la aproximación para dar un solo machetazo a la altura de los tendones de Aquiles del diestro conquistador. No terminó de gritar del dolor que ya me había escurrido hacia donde esperaba Juan con la moto para silenciosamente emprender el camino de regreso, trayecto en el cual apagué los celulares que enterramos un poco más adelante.
La venganza había comenzado bien. El macho no podría moverse salvo arrastrándose y, a él, la hembra tenía ligado su destino, ambos desnudos, sin agua y sin comunicación. Ahora a esperar.
De regreso con mi amigo en la ...