1. Esposo mañoso


    Fecha: 09/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Caaquivana, Fuente: CuentoRelatos

    ... tampoco un adonis, alto, quizás 1.80 m, toda la familia de mi cuñada era alta, marcado de cuerpo sin exageraciones, de facciones fuertes pero no desagradables, desde pequeño me buscaba mucho, le agradaba estar conmigo, ya jovencito su forma de saludarme no me agradaba del todo, siempre se pegaba mucho o si por alguna razón pasaba cerca de mi buscaba repagarse, ya sea su espalda en mi pecho, o su entrepierna en mis nalgas, todo parecía accidental, pero una de mujer sabe cuándo no son toqueteos muy inocentes, además cuándo nos visitaban en casa se me extraviaba ropa interior, siempre sospeche de él, yo ya lo había comentado con mi esposo y la respuesta siempre era la misma, no seas ridícula es tu sobrino, o, últimamente, disfrútalo esta chavo y ha de tener buen instrumento, decía esto sobre todo cuándo bebía y coincidíamos con la familia de mi hermano.
    
    Bajamos al borracho, Manuel le pasó un brazo por la cintura y el otro sobre su hombro, sujetándolo, mano con mano para que no se resbalase, yo del otro lado, pase el brazo de mi marido por el hombro y tome su mano con mis dos manos, realmente el peso lo llevaba Manuel.
    
    Entramos al hotel y nos recibió un joven bajito de estatura.
    
    -Buenas noches, Manuelito, ¿necesitas ayuda?
    
    -No Luis, gracias, ellos son mis tíos, mi tía es hermana de mi papá. Nosotros lo llevamos gracias.
    
    Comenzamos a subir la escalera, el chico de recepción se paró en el inicio de la escalera que no tenía descansos y estaba realmente larga, muchos ...
    ... escalones, yo sentía el dorso de la mano de Manuel pegarse a mi cadera, como siempre me desconcertaba, la cintura de Alfredo estaba entre mi pecho y mi cadera ¿Por qué bajaba tanto la mano? Esa sensación de accidente buscado no me agradaba; de pronto sentí que me levantaron la parte trasera de mi vestido y me tocaban las nalgas, inmediatamente voltee a ver las manos de Manuel, no, no era el, no había de otra, era mi marido, al recordar que en la parte de abajo estaba el otro muchacho y que veía la operación de subir al viejo borracho, caí en la cuenta que me estaba viendo las nalgas y quien sabe que más, no tuve el valor de voltear para cerciorarme y tampoco de retirar la mano pues Manuel se hubiera dado cuenta también de mi situación, manoseada y sin calzones, que pena, de verdad me quería morir, en cuanto llegamos al piso de arriba, retire inmediatamente la mano de Alfredo procurando que mi sobrino no se enterará de lo que pasaba.
    
    Abrí la puerta, la habitación era muy sencilla, una cama Queen sisé, amplia, un buro a cada lado, una mesita con silla y lámpara, un closet pequeño, un sillón amplio con lámpara en la pared y un tocador con su espejo, la otra puerta era la del baño, no había mucho espacio para moverse.
    
    -¿Cómo lo acomodamos tía?
    
    -Acuéstalo con la cabeza en la piecera, cuando toma se pone muy inquieto y no me deja descansar, además si vuelve el estómago hace menos estragos así.
    
    -Bien, ¿no lo va a desvestir?
    
    -No, déjalo así, solo le voy a quitar los ...
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