El culazo de mi hijastra mayor y mi dura polla
Fecha: 09/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Suberina1, Fuente: CuentoRelatos
Desde que la conocí personalmente tras comenzar mi relación sentimental con su madre, siento auténtica devoción por Sara, mi hijastra mayor, sobre todo por su cuerpazo sexy. Es una hembra viuda de 27 años, madre de cuatro hijos -¡sí, sí, cuatro hijos!- y físicamente alta, grande y fuerte, que posee una boca muy bonita con labios extraordinarios y sensuales, unas tetas medianas tirando a grandes, redondas y preciosas, con aureolas y pezones hermosos y oscuros, unas piernas grandes maravillosas, un coño peludo en su vulva pero con los labios vaginales depilados así como un culazo impresionante que hace que a cualquier hombre se le ponga la polla muy dura y tiesa al verla y sienta inmensos deseos de llevársela a la cama para follarla, en definitiva que despierta un morbo increíble.
En ausencia de mi mujer, Sara me invitó a cenar a su casa con ella y con los niños, invitación que acepté, la cena se prolongó más de lo normal y, al hacerse tarde, me propuso que me quedase a dormir, lo que también acepté. Los pequeños se marcharon a la cama ya que al día siguiente su tía -mi hijastra pequeña- los recogía temprano para llevarlos al colegio mientras que nosotros dos nos quedamos hablando hasta la madrugada en el salón tomándonos unas copas.
En un momento de nuestra conversación Sara me dijo "Voy a mi habitación a cambiarme de ropa. Me voy a poner cómoda", permaneciendo yo sentado en el tresillo del salón viendo la televisión mientras ella volvía. Mi sorpresa fue mayúscula ...
... cuando la vi salir con una bata transparente bajo la que tan solo llevaba sujetador y tanga de color blanco, dejando al aire casi todo su cuerpo y las espectaculares nalgas de su maravilloso culazo, lo que hizo que mi polla se pusiese bien dura bajo el pantalón marcando un buen bulto en el mismo, lo que ella notó perfectamente aunque guardó silencio y no dijo nada, sintiendo yo en ese momento enormes deseos de correrme haciéndome una buena paja ante sus ojos para que me viese aunque contuve las ganas.
Continuamos hablando largo tiempo sentados en el tresillo del salón y para mí era irremediable no lanzar miradas a sus tetas y sus piernas maravillosas, algo de lo que también se dio cuenta en algún momento que otro respondiendo con una pícara sonrisa. Continuamos charlando otro rato y bien entrada la madrugada nos marchamos a dormir despidiéndonos con un beso en la mejilla en el salón y dirigiéndonos cada uno a su habitación, ¡o al menos eso creí yo en un principio!
Ya instalado en la mía me quedé en bóxer para dormir y, con la luz encendida, comencé a acariciar mi excitada polla de 23 centímetros por encima del mismo consiguiendo una erección brutal mientras pensaba en Sara y en lo buena que está, en su culazo enorme y en mis deseos de follarla, procediendo a comenzar a hacerme una nueva paja a su salud -habían sido ya muchas desde que la conocí- mientras la nombraba en voz baja, sorprendiéndome gratamente cuando comencé a escuchar suspiros tras la puerta y a Sara, que en voz ...