Mi enorme primera vez
Fecha: 11/04/2024,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Lady S, Fuente: CuentoRelatos
... preparase para comer.
El ambiente estaba semi iluminado, solo había una luz que era de la cocina y la del televisor, nada más. Veíamos lo suficiente pero no más de lo necesario. Y lo mejor de todo es que se podían escuchar las gotas de lluvia chocar contra la ventana, de vez en cuando un destello seguidamente de algún rayo iluminaba por un segundo a modo de flash un tercio del oscuro living.
Mi cuerpo desbordaba de fervor, mi boca rebalsaba de saliva caliente y ya no era momento para hacerse la difícil o la “inalcanzable”. Ya estaba en el juego y a mí me encanta jugar… Lo ayudé a quitarse su remera «camiseta», lentamente bajé dándole besos en su pecho con apenas pelitos y unos abdominales ligeramente marcados. Pero enseguida noté esa característica que tanto me gusta de los hombres, esa “V” que se les marca que pareciera una gran flecha hacia una de las partes más deliciosas de su cuerpo.
Claramente si iba a jugar y era mi turno de hacerlo… tenía que aprovechar todo, así que sin dudarlo mi lengua dibujó ambas líneas que bajaban en dirección de su pelvis; su piel era suave pero no demasiado, y tenía un aroma que me agradaba mucho. De vez en cuando inclinaba mis ojos hacia arriba y podía ver la silueta de su cabeza en señal de que me observaba con placer.
Llevaba un pantalón algo grueso, como para hacer gimnasia, debajo un bóxer color gris, bajé lo primero y fue ahí cuando lo noté… tenía un bulto fuera de lo común una silueta en curva que tranquilamente pasaba la ...
... mitad de su pierna. Ya no era solo mi imaginación, era una certeza «aún no la tenía erecta» más bien estaba “semi dura” (si hay un término técnico para eso no lo sé ni me importa ni me importaba en ese momento).
— ¿Esto es real? —pregunté alejándome un poco para tratar de ver con más claridad.
— Cada centímetro —contestó con mucha seguridad.
— Pero… ¿está… durita? —pregunté con ironía, palpándola con una mano.
— Solo hay una manera de saberlo —contestó—y lentamente se bajó por completo el bóxer.
Cuando esa última barrera de misterio que separaba su miembro curvo, emergió quedando frente a mí, solo a unos centímetros de distancia. Dando pequeños saltos, como si tratase de despertar por completo. Sinceramente era hipnótico ver algo así tan cerca, sentía hasta su aroma, con el glande descubierto a medias.
— Wao… —dije mirándolo y riendo sorprendida.
Él rio solamente, no dijo una palabra, no había nada que decir.
«Santa naturaleza, este tipo es mitad caballo». Pensé.
Tragué saliva, respiré profundo y con una mano se la agarré, tenía dos grandes venas que lo recubrían, estaba casi totalmente depilado y traía puesto aquel perfume que tanto me encantaba. Mi boca estaba desbordando de saliva extra, mi lengua relamía mis labios si es que no los estaba mordiendo. Tenía muchas ganas de comérmela, pero estaba fascinada y horrorizada al mismo tiempo, sí lo había visto en videos, pero incluso en ellos no era habitual ver tan grandes.
Generalmente los “hombres de ...