Mi enorme primera vez
Fecha: 11/04/2024,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Lady S, Fuente: CuentoRelatos
... mordiendo levemente mis labios, bañando su lengua con la mía.
Por un segundo me alejé, lo observé todo coloradito y ruborizado, con amplios deseos de seguir comiéndomelo, pero sin antes preguntarle.
— ¿Qué era esa cajita de magnum que vi en tu baño? —y con una ligera mueca seguí dándole besos levemente y separándome un poquito a modo de jugueteo.
— Son de la medida que yo tengo que usar —contesto sonriendo, pero algo tajante.
— Parecen muy grandes… —susurré y miré hacia su entrepierna.
— Bueno… no me quejo —dijo en tono irónico.
— ¿Puedo ver? — lo miré con picardía mordiéndome un labio, mientras acariciaba su pecho y metía una mano por debajo de su remera.
— ¿Y yo que gano? —movió levemente sus manos sobre mis pechos.
Cuando sentí esas tibias manos suaves haciendo presión sobre ellos «no tenía brasier recuerden la ropa mojada y que me prestó una remera suya», sentí una leve electricidad y un calor creciente desde mi abdomen que subió con brusquedad y culminó en mi cuello.
— Me encantan, chiquitas pero firmes ¿me dejas ver a mi primero? — acercando su cara despacio y mirándome.
No dije nada, solo lo agarré de la cabeza y lo empujé hacia mí. Su remera me quedaba bastante holgada, simplemente la levantó y mis pechitos se descubrieron con sus tibios labios acariciándolos.
Cerré mis ojos inclinando mi cabeza hacia atrás y solo disfrutaba como él se alimentaba de una combinación entre cosquillas e hilarante deseo que crecía cuanto más las besaba, ...
... cuanto más las mordía y cuanto más las devoraba.
— Me haces cosquillas —susurré jadeando— tu barba me hace cosquillas…
— Ups, será mejor que te acostumbres —y al instante me mordió levemente un pezón
— D-despacio… por favor —supliqué y suspirando fuertemente mientras apretaba mi mano en su cabeza ejerciendo fuerza con mis piernas encima suyo.
Continuó devorando mis pequeños pezones «invertidos por cierto» y pasando sus grandes manos por mi delgada cintura, mis caderas se movían cada vez más encima de él y lo presionaba con mi cola para sentir su bulto. «Lo que me empezó a extrañar un poco en ese momento, porque en verdad lo sentía bastante».
Lo único que podía pensar era que si sabía morder y comerme así los pechos, como me trataría más abajo... una sensación de hambre entusiasmada y calurosa había empezado a crecer. Pero también una gran barrera de vergüenza y “dignidad” que eran lo único que se oponían.
Yo “nunca” bajaba antes… pero también tenía que probar cosas nuevas, así que, por esta vez, omití eso.
— ¿Ahora puedo ver yo? —pregunté mordiéndome los labios y mirándolo con una pícara sonrisa.
— Lo que quieras —respondió alzando la cabeza un segundo, devolviéndome la misma sonrisa y dándome un besito despacio en uno de mis pezones.
Reí apenas y me acomodé, en ese instante me di cuenta que una notable y tibia humedad nacía de entre mis piernas. Por alguna extraña razón mi boca producía más saliva de la habitual, como si en verdad mi cerebro me ...