Luis, Jacobo y un verano 16 Conviviendo
Fecha: 19/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... un abrazo al tosco hombre, tan parecido a Julio y ahora los veía iguales, también a la pobre mujer que lloraba. -Estará bien, no tenéis que preocuparos. –salí de la casa para no llorar, contagiado por la mujer que seguía llorando a pesar de querer reprimir el llanto. Se nos hizo tarde aunque no teníamos prisa, la tía nos tenía preparada la cena para darnos la bienvenida. Durante todo ese tiempo no escuche la voz del abuelo, o estaba terriblemente avergonzado o se había quedado mucho, solo me dio un sincero y fuerte abrazo, hablaría con el tiempo. Mis tíos y primos nos recibieron en la puerta del jardín común, aún llevaban el bañador puesto, habrían estado en la piscina con amigos. Bruno monopolizó a Julio subiéndole a su habitación mientras yo hablaba con Jacobo, nos llamaron para la cena y después Bruno quería arrastrar a Julio con él y la tía no le dejó. -Ya tendréis tiempo para hablar, ahora tienen que descansar del viaje. –entre Carmen, ayudada por Silvia, habían sacado nuestros equipaje del coche, Bruno y Jacobo nos acompañaron, enseñaron su habitación a Julio, ya habían estado curioseando los días que estuvieron solos. Se marcharon cuando mamá los echó, por ellos se hubieran quedado a dormir en mi casa. Estaba claro que Bruno había encontrado el amigo ideal para él en Julio aunque tenía muchos otros. Al fin nos quedamos solos, los dos en esa gran planta que a veces se me había hecho inhóspita y desierta. Estábamos en su habitación, donde nos habían dejado mis ...
... primos, le habían colocado una gran cama, casi el doble que la mía y a pesar de todo disponía de mucho espacio. -Mamá ha dispuesto que usemos los dos un solo baño, hay otro si lo deseas. –le vi mirarme divertido. -Si mamá lo desea así, lo compartiremos sin protestas y si tú también lo quieres. –me sorprendió que él utilizara el término mamá al referirse a ella. Nos lavamos la boca y le fui enseñando donde tenía cada cosa mientras él me observaba moviéndome y abriendo armarios. Entonces me sujetó de la cintura colocándose detrás de mí, mirándonos en el enorme espejo de la pared. -Para, para ya Luis, tengo que hablarte. –acariciaba mi cintura mientras hablaba y recosté mi espalda sobre su pecho esperando, sin moverme. Inclinó la cabeza para besarme el pelo y a través del espejo unió sus ojos a los míos. -No te he dado las gracias todavía. -No es nada Julio, aquí hay sitio de sobra para una familia entera. -No es solo por esto. –subió sus manos a mi pecho. -Salvaste mi vida y conseguiste que tu abuelo cambiara. –me di la vuelta y levanté la cara, intentaba disimular pero estaba emocionado y su aliento que expelía con fuerza me lo confirmaba. Acaricio mi cara y pasó el dedo índice de su mano derecha por mi ceja con su suavidad apretando ligeramente. -Se nota como tienes el hueso hundido. Aquella noche salvaste mi vida exponiendo la tuya, no podré pagártelo nunca. –abracé su cuello para que callara y le besé en la boca, estaba apoyado con mi culo en el lavabo y elevé las piernas para ...