Nata, mi colegiala
Fecha: 17/04/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: RAL80, Fuente: CuentoRelatos
Era el primer día, de mi último año, en el instituto. No habían sido unos años memorables, pero tampoco habían estado mal.
Yo tenía 19 años e iba al instituto con un coche que me había regalado mi tío. Era viejo pero yo era el único alumno de bachillerato que tenía coche.
Ya en el pasillo y esperando que tocara el timbre vi pasar a mí vecina. Se habían mudado durante el verano, y aunque nuestros padres se habían hecho amigos, nosotros no habíamos cruzado palabra.
Ella había cumplido los 18 años y había llamado mí atención, pero al verla con el uniforme... sentí algo más fuerte. Llevaba el uniforme del instituto, pero parecía quedarle pequeño y, con una falda tan corta y la camisa a punto de reventar, llamaba la atención.
Mis amigos empezaron a decirle piropos, pero ella no hacía caso. Yo les pedí que la dejaran tranquila y todos ellos se rieron de mi.
-anda pelele
-por qué?
-mucha jaca pa'ti
-el pelele eres tú. Es mi vecina y si le va con "el cuento" a su madre, la mía vendrá a por mí
-ya, ya... excusas. Tú quieres algo
-si, quiero que te calles
Ella lo escuchó todo, y unos pasos después, se giró y me guiñó un ojo. Yo creí que nadie lo había visto pero todos mis amigos empezaron a reírse y a darme palmadas en la espalda hasta conseguir que me sonrojara.
Estuve mosqueado con ellos en clase mientras ellos seguían con sus risas, y en el descanso me fui yo sólo al baño dándose la casualidad de que al salir me crucé con ella de nuevo y ésta vez ...
... me sonrió y se fue corriendo.
De nuevo en clase me sentí descolocado, psicológicamente hablando. Pensaba: "medio verano viniendo sus padres a mí casa a pasar la tarde en la piscina y ella solo un día en el que yo no estaba, cerraba las cortinas cuando me veía en el jardín trasero, cambiaba de acera cuando nos íbamos a cruzar... y ahora me guiña un ojo y me sonríe. ¿Qué será lo próximo?"
En el descanso no quise ir a la cafetería con mis amigos pues aún lo estaba dando vueltas. Les puse la excusa de que me había gastado el dinero en gasolina. Pero cuando estaba tan tranquilo junto a mi coche ella se acercó y me dijo que al terminar las clases la tenía que llevar a casa, que ya lo habían hablado nuestras madres. Conociendo a mí madre no me extrañaba, pero la verdad es que era "plato de mi gusto".
Ya de camino a casa yo no podía dejar de mirar aquellas piernas tan bonitas y en un momento de debilidad aproveché un cambio de marcha para acariciar una. Disimulé como si hubiera sido de forma accidental.
-perdón... yo no quería...
-que?
-no quería...
-no te entiendo
-mejor
Pero mientras yo tartamudeaba ella sonreía pícaramente.
Cuando paré el coche y me iba a bajar ella me agarró la mano y dijo:
-tu si querías... y yo también
Luego me dio un besito en los labios y se fue corriendo.
En ése momento yo ya no entendía absolutamente nada, pero aquello me gustaba.
Entré en casa y me fui directo a mí cuarto, pues tenía mucho en lo que pensar, pero al ...