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Nata, mi colegiala
Fecha: 17/04/2024, Categorías: Hetero Autor: RAL80, Fuente: CuentoRelatos
... sentarme en el escritorio la vi en su ventana mirándome con cara de chica mala y de repente cerró las cortinas. Me tumbé en la cama y tras un rato debí de quedarme dormido. Cuando me desperté bajé a la cocina y la vi en nuestro patio trasero con su madre y la mía, las tres en bañador, tomando el sol junto a la piscina. Yo no me atrevía a salir y miraba desde la ventana pero, al percatarse ella de mi presencia, me guiñó un ojo y me sacó la lengua cómo queriendo llamar mi atención. No quise hacer caso porque nuestras madres estaban allí pero ella empezó a colocarse el bikini mientras me miraba de reojo. Luego, y aprovechando que las mamis no miraban me lanzo un beso y se mordió el labio. Yo me deshacía de deseo pero no me atrevía a salir. Me fui al baño con la intención de darme una ducha fría y cuando empecé a desvestirme ella entró. Me quedé parado al verla y ella pasó su mano por mí pecho diciendo: -no puedes esconderte para siempre En aquel momento yo estaba excitadísimo y me empezaba a "apretar el pantalón" pero ella no se detuvo y, después de besarme con mucha ternura, me abrazó apretando su pelvis contra la mía. Yo no pude aguantar y la agarré por el culo para levantarla mientras la besaba con ansia y ella, a su vez, me rodeó con las piernas por la cintura y me besaba casi con más ganas que yo. Escuché que alguien entraba desde el jardín trasero y la bajé con cuidado pero ella no quería soltar mi cuello y yo, que no quería que nos vieran, no ...
... conseguía separar sus labios de los míos. De repente escuchamos a mí madre preguntar qué si había encontrado el baño y ella me susurró: -a la próxima no te libras. Luego contesto a mí madre que sí, que ya salía. Y mientras se colocaba el bañador, ya que casi se lo arranco yo, se fue por donde había venido. Yo estaba loco de ganas por hacerla mía, pero mi temor por qué nos pillara mi madre no me dejaba hacerlo en mi casa. Tenía que idear alguna manera de estar a solas con ella en algún lugar sin que nadie nos pudiera importunar. Pensé en mil sitios a los que llevarla con mi coche, mil momentos para estar con ella y mil maneras de disfrutar del momento. Tanto tiempo estuve pensando que se me hizo tarde hasta para cenar. Ya en la cama no conseguía conciliar el sueño y solo deseaba estar con ella. Imaginaba mil veces en que la besaría y otras tantas que la abrazaría pero sobre todo sentía el deseo de fundir nuestros cuerpos. De pronto una bola de papel entró por mí ventana. Me asomé y no vi a nadie. Estiré el papel y había un beso con pintalabios rojo. De nuevo me asomé y la vi bajo mi ventana haciendo señas para que bajara. En silencio bajé con intención de darle un beso y que se fuera a su casa, pero apenas había puesto un pie en el jardín trasero ella se había colgado de mi como un koala y me besó como si no me hubiera visto en meses. En el momento en que paró para respirar la pedí que se fuera a casa pero lejos de hacerme caso entró y fue delante de mi hasta mi ...