Día y noche
Fecha: 18/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... ser algo importante, —insistió él.
—De ser así volverán a llamar, no te preocupes, —dijo, y el teléfono dejó de vibrar.
—Me gustas mucho Valera, pero no logro entenderte, —le dijo cogiéndole las manos.
—¿Qué es lo que no entiendes, que no quiera comprometerme? No es tan difícil. Ya lo hemos hablado. O lo digieres o tendrás indigestión, —respondió ella soltándose.
—La impecable y comedida Valera, tan encantadora como siempre… —dijo con sarcasmo. —No es sólo eso, —añadió. —Asumo que quieras una relación abierta…
—Si no te gusta mi forma de proceder, ¿por qué coño estás conmigo? –le cortó sin darle opción a terminar.
—¿Lo ves? Siempre a la defensiva. Sólo quiero que estés bien y que confíes en mí por una vez en tu vida. Me buscas sólo cuando necesitas algo. No es justo.
—Nadie dijo que lo fuera, pero es lo que hay.
—Eres consciente de que controlas la situación, ¿verdad? —se quejó apenado mientras el teléfono vibró de nuevo sobre la mesa. Valera miró la pantalla, comprobó que era otra vez el mismo número y se levantó.
—No seas niño, ¿quieres? —le recriminó. Dejó la bandeja sobre la mesa y lo dejó con la palabra en la boca.
—No has comido… —gritó al tiempo que Valera abandonaba la cafetería. Javi la miró obnubilado mientras se alejaba. Estaba loco por ella y sabía que su única elección era conformarse con las migajas que ella le dejaba y, aunque intentaba asumir esa relación como algo normal, en el fondo le incomodaba.
—¿Sí? —contestó.
—¿Eres ...
... Vali? —preguntó una voz al otro lado.
—Lo soy, —afirmó ella.
—He visto tu perfil. Estoy en la ciudad de paso y me gustaría verte.
—¿Cuándo?
—¿Esta noche te parece bien?
Por un momento se planteó si realmente deseaba hacer eso con tanta asiduidad. Empezó con esas prácticas a modo de costearse los estudios sin tener que recurrir a unos padres que bastante esfuerzo habían realizado durante toda su carrera.
Después de responder a varios mensajes, comprobó que era un dinero fácil, con el incentivo añadido del placer en la mayoría de las citas. Hasta el momento todo había sido relativamente sencillo con sus atributos como carta de presentación y sin ninguna complicación reseñable.
—¿Cuáles son tus honorarios?
—Depende de lo que quieras. La tarifa está en el perfil como habrás podido comprobar.
—Así es. Quiero buffet libre.
—Eso son seiscientos euros.
—¿Haces servicios dobles? —preguntó el cliente.
—¿A qué te refieres? —preguntó perpleja.
—Seremos dos. ¿Te supone un problema?
Valera dudó unos instantes. En su corta experiencia no se le había planteado semejante tesitura, por lo que lo valoró durante unos segundos.
—Eso será el doble, —remarcó ella.
—No hay problema, —aceptó, y con ello resultó evidente que su interlocutor era alguien adinerado. —¿Paso a recogerte por algún sitio?
—No. Dame una dirección.
El desconocido le facilitó la dirección del hotel y el número de habitación donde se hospedaban. Ella lo anotó y a continuación ...