1. ¿Será que el miembro ajeno es más rico?


    Fecha: 20/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... errores”.
    
    - “Por favor Lea escuchá bien lo que te voy a decir, y te suplico que aceptes. Mi casa es tu casa, no esta donde vivo sino la que tengo desde antes de casarme, equipada al completo y a la cual solo tenés que llevar los enseres personales tuyos y de tu hija. Además yo voy a solventar todas tus necesidades, que no me cuesta nada porque estoy muy, pero muy bien económicamente. Y por último el estudio que lleva todas nuestras cuestiones legales te va a diligenciar el divorcio”.
    
    - “No puedo aceptar todo eso”.
    
    - “Sí podés y te ruego que lo hagas. Dejame que maneje los tiempos, yo te iré avisando. Mientras tanto haremos vida tan normal como esté a nuestro alcance. Primero les pondremos todas las trabas posibles para que no puedan juntarse y así incrementar el deseo, luego será el momento de facilitarles las cosas y entonces, con las defensas bajas, será el momento de arreglar cuentas”.
    
    Una decena de días coordinamos con Lea de manera tal que, siempre, uno de los amantes estuviera impedido de reunirse, sea con llamadas a concurrir de urgencia, sea con presencias inesperadas, sea con viajes imprevistos, etc.
    
    Como parte de las maniobras de acoso, un sábado, luego de la cena acordamos salir a tomar algo a una discoteca. No pasó mucho tiempo desde que llegamos hasta que el esposo de Lea la sacó a bailar a mi mujer y en seguida hice lo propio con esta amiga. Pasó un rato en que nosotros nos manteníamos expectantes sobre la otra pareja. Al ver que los amantes ...
    ... pegaban las pelvis, con los torsos separados y mirándose a los ojos, decidí intervenir. Apenas nos distinguieron se separaron abruptamente, sonriéndonos como quien nada reprochable hace.
    
    - “Te la robo un rato a mi señora”.
    
    - “Me parece muy bien si me devolvés la mía”.
    
    Realizado el cambio evolucionamos un rato al son de la música mientras la observaba tratando de leer en su interior.
    
    - “Me parece que Eduardo, si no lo hizo, está al borde de cruzar el límite de cercanía corporal con vos, cuidate”.
    
    - “No me digás que estás celoso”.
    
    - “No estoy, soy celoso, y mis celos se basan en que te amo. Si no te quisiera me importaría una mierda que te coja todo el Regimiento de Granaderos a Caballo, incluyendo los animales”.
    
    - “Esa no es tu manera de hablar”.
    
    - “Es verdad, a veces me pasa. Tocando este tema, suele suceder que las palabras no dan una idea cabal del significado de algo. Vamos a sentarnos, así la explicación será más clara”.
    
    Ya ubicados con la mano izquierda la tomé del pelo a la altura de la nuca inmovilizándola, mientras la derecha, abierta sobre su cuello, empezaba a cerrarse como tenaza.
    
    - “Lo que estoy haciendo es llamado, por los forenses, asfixia mecánica. Si veo que Eduardo invade tu intimidad, aunque sea poniendo sus labios sobre los tuyos, esto que sentís te va a parecer una caricia comparado con lo que tengo pensado para vos”.
    
    Cuando la palidez viró a ceniza la solté, coincidiendo con la llegada de nuestros amigos. Lea, viendo sus ...
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