¿Será que el miembro ajeno es más rico?
Fecha: 20/04/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... facciones desencajadas y la boca abierta buscando aire, se alarmó.
- “Carmela, te pasa algo?”
Por supuesto contesté yo.
- “Sí, le estaba explicando, de manera práctica, lo que puede sucederle si observo un mínimo desliz en su conducta de mujer casada”.
Como el ambiente de la reunión se había enrarecido decidimos regresar a casa. Recién ahí mi esposa rompió el silencio.
- “Nunca me imaginé pasar por lo que me hiciste. Sos un monstruo “.
- “Quizá no supe explicarme hace un rato. Si te hubiera dicho, en caso de infidelidad, voy a asfixiarte y luego arrancarte la tráquea lo hubieras entendido, sin embargo sentir que te falta el aire y ni siquiera podés articular palabra pidiendo auxilio, es la percepción de una vivencia y así lograste un conocimiento más profundo y amplio. Por mi parte estoy muy contento pues has entendido sin duda alguna lo que quise decirte”.
- “No me animo a dormir en la misma cama, a ver si soñás que estoy con otro y me estrangulás. Me voy a la habitación de huéspedes”.
- “Andá y no te olvides el celular, seguramente vas a tener mensajes o llamadas para que des detalles de lo que te pasó”.
Era la declaración suficiente para que supiera que nosotros sabíamos, y de paso aumentar su nerviosismo.
Transcurrido el lapso previsto anulamos toda presión, aunque no la vigilancia y un cierto direccionamiento para que la reunión fuera en casa.
El aviso de él diciendo que llegaría más tarde, el llamado de Lea indicando el momento de ...
... salida de su casa, más la imagen de la cámara mostrándolo frente a mi domicilio eran la prueba de que había llegado el momento esperado.
Le dije a mi secretaria que durante la próxima hora no me interrumpiera, pues deseaba concentrarme en el estudio de un contrato; si terminaba antes se lo haría saber. Esta comunicación la hice ya preparado para retirarme por la salida privada, vistiendo buzo de mantenimiento de una conocida empresa de servicios con la correspondiente caja de herramientas, y gorra bajo cuyos bordes asomaba una peluca.
Un taxi me dejó a una cuadra de casa. Al entrar cambié la gorra por una capucha y anteojos oscuros, llevando a mano una correa, el celular robado, recientemente adquirido y una fusta con alma de acero. Al aproximarme al dormitorio, en el primer piso, los sonidos de un encuentro amoroso no dejaban lugar a dudas sobre la actividad en desarrollo. Desde la puerta filmé a los amantes hasta que sus caras se hicieron visibles y el macho comenzó el orgasmo. Ese momento de máxima indefensión era el elegido para acercarme pasar la correa por su cuello, ahorcarlo hasta que perdiera el conocimiento y luego llagarle el cuerpo a fustazos sin olvidar pene y testículos.
Luego me volví hacia Carmela, que estaba desnuda y en posición fetal contra el cabecero de la cama tapándose la cara con las manos. Saqué su camisón de bajo la almohada y se lo tiré a la cara; como no reaccionó le bajé las manos para darle dos cachetadas e indicarle que se lo pusiera, y ya ...