1. Compartir piso confinados


    Fecha: 27/04/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... posaron en mi erecció bajo mis propios shorts. Sonrió y comenzó a quitarme la ropa.
    
    -Si yo estoy en pelotas, tú también - era mi oportunidad, claro. Los dos desnudos solamente podía llevar a una cosa.
    
    Volvió a estirarse y yo seguí con el masaje en las piernas. Quería meter la mano en su entrepierna, pero no me atrevía. Volví a subir hacia arriba y mi polla quedó sobre su culo. Con los movimientos casi parecía estar pajeándome con las nalgas. En uno de los bamboleos, mi polla quedó justo ante su coño. Me quedé muy quieto, tenso. Podía notar que ella estaba muy húmeda.
    
    Así nos quedamos unos momentos que se me hicieron eternos. Hasta que ella alzó un poco su cadera para invitarme a follarla. Me acomodé y comencé a empujar para penetrarla. Dejamos escapar un suspiro a la vez.
    
    -Joder, qué polla tienes - exclamó en voz baja mientras yo se la metía hasta el fondo lentamente.
    
    -Qué coño tienes tú, putita - le dije apretando sus nalgas. Comencé a moverse sobre ella. Estaba en la gloria. Mi polla entraba y salía y ella movía un poco la cadera debajo de mí. La oía comenzar a jadear.
    
    -Quiero que me la metas hasta los huevos - me dijo poniéndose a cuatro patas. Yo la agarré de la cadera y comencé a metérsela con fuerza. Ella ya jadeaba con ganas, dejando escapar gemiditos. Se movía conmigo y podía sentir cómo de mojada estaba.
    
    -Joder, qué bien - dije yo al agarrarla fuerte -. Llevo queriendo follarte desde hace mucho.
    
    -Lo sé - contestó ella entre gemidos -. ...
    ... Dios, qué pollón tan bueno. Fóllame toda.
    
    -Te voy a reventar el coño como nadie te lo ha reventado antes.
    
    -¡Sí! ¡Así, venga!
    
    Ella se masturbaba mientras la follaba y pude notar cómo se acercaba su orgasmo. Se tensó cada vez más y gritó como una perra mientras no dejaba de follarla. Aunque ella bajó su ritmo, yo continué mientras ella se retorcía de placer. La hice girarse y, agarrado a sus tetas, mirándole a su cara de zorra caliente, la follé duramente.
    
    -Córrete. Relléname. Dame toda tu leche.
    
    Yo seguí dándole mi polla, jugando con sus pezones, hasta que vino mi corrida y me dejé caer sobre ella. Estábamos muy sudados y jadeantes.
    
    -Vaya corrida - me dijo al oído -. Me has dejado toda llena de leche.
    
    -Estaba a mil - contesté. Comencé a besarla y ella se dejó. Nos comimos las bocas ávidamente. Parecía que aquello no había terminado. Mi polla estaba morcillona, pero aún no estaba preparada para otro asalto.
    
    Entre besos, fui bajando hacia sus tetas. Metí un pezón en mi boca y bajé mi mano a su coño. Tan húmedo y con semen que podía masturbarla perfectamente.
    
    -Ah, ah... - gemía ella. La combinación fue muy efectiva y le llegó un nuevo orgasmo eléctrico -. Qué buenos dedos también. Tengo que hacer algo por ti ahora.
    
    Nos levantamos y me hizo sentar en el sofá. Se arrodilló ante mí y comenzó a comerme la polla a media asta. Pronto volvió a estar lista para la acción y Alba se sentó sobre mí. Se metió la polla entera de una sentada y yo me moría de gusto ...
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