1. Sweet Caroline (Capítulo I): Fin de cursos


    Fecha: 01/05/2024, Categorías: Masturbación Autor: Pluma Tejana, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacer eh?… a que no te atreves… uy Antonio… - ahora tenia las rodillas dobladas y los muslos abiertos, se masajeaba su concha por sobre la tanga, por momentos se golpeteaba sus labios vaginales como si quisiera hacerlos gemir de dolor y de placer, luego se volvía a masajear la vulva con intensidad de arriba a abajo y de abajo a arriba.
    
    Soltó el celular dejándolo caer por un lado, se giro sobre su cuerpo para alcanzar el bolso rosa que había dejado sobre el buró, entonces sacó un consolador de conejito color morado y se volvió a colocar boca arriba. Comenzó a masajearse las tetas con una mano y con la otra se pasaba el consolador por todas sus partes intimas con suavidad, como si quisiera presentárselo primero a todo su cuerpo, luego se lo llevo a la cara y le beso la punta con sensualidad.
    
    Se deshizo del sostén dejando su enormes y redondas chichis a la intemperie, prendió el consolador en uno de los 10 modos vibrador y se lo empezó a pasar por sus tetas con delicadeza, poniendo especial atención en la aurora de sus gruesos y endurecidos pezones. El cuerpo de la maestra se movía con desespero y con lujuria, sus jadeos se volvían mas frecuentes con cada pellizcada de pezones que se propinaba.
    
    Después de un par de minutos comenzó a bajar el juguetito hacia su entrepierna, presionó uno de los botones para cambiar el tipo de vibración, entonces lo empezó a pasear tersamente sobre su concha mientras exclamaba con su voz entrecortada - Así, así Antonio… así papito… - podía ...
    ... sentir la cálida humedad de su panocha por encima de sus bragas, paso los dedos de su mano izquierda por dentro de la tanga para mojárselos, luego se los llevo a sus fosas nasales para inhalar el aroma incitante de sus flujos ardientes, dejó salir un gemido acompañado de una sonrisa picara.
    
    Se despojo de sus bragas con cierta rapidez, volvió a presionar uno de los botones del conejito para hacer que las vibraciones se volvieran circulares, se lo puso en la entrada de su concha y lo presionó con firmeza; su cuerpo reaccionó inmediatamente arqueándose de placer mientras que su boca mordía sus labios carnosos y deseosos de un calor humano que por el momento solo podía imaginar.
    
    Enseguida presionó dos veces el botón del consolador para aumentar el nivel de vibraciones al tiempo que con pericia introducía el conejito dentro de su vulva palpitante. Los gemidos aumentaron de volumen, su cuerpo se estremecía al reconocer los impulsos eléctricos que le proporcionaba el juguete maravilloso de la Srta. Garza.
    
    Finalmente alcanzó la profundidad requerida, en el modo de vibraciones adecuado y en el momento propicio para iniciar la ultima etapa en el acto de autosatisfacción que Carolina había estado practicando con acrecentada frecuencia durante este ultimo año. Sus caderas comenzaron a convulsionarse, su culo y sus muslos se tensionaron tratando de mantener al consolador en la posición perfecta, su cara giraba de un lado para el otro como queriendo extender el placer que llenaba ...