Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (19)
Fecha: 04/05/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos
... adelantó Carol, mientras Sergio cerraba el coche. La pilló enseguida y corrieron a la par durante más o menos medio kilómetro sin parar. No importaba lo rápido que fueran, se iban a mojar y así sucedió. El sonido estridente de un trueno les marcó la entrada a la residencia donde el bedel les miraba incrédulo por los mojados que entraban.
Ambos con ropas más o menos de primavera estaban empapados en agua, Carol incluso se tuvo que quitar las gafas para ver algo, ni siquiera se las podía limpiar todo ella estaba húmeda. Toda.
Subieron a la carrera y Sergio se detuvo primero en su puerta. Carolina siguió con las cervezas en la mano.
—Trae un pijama, ya te duchas aquí, que tengo ganas de empezar la primera cerveza.
—¿Se te ha pasado la resaca?
Añadió “un poco” en silencio, sin mover los labios y juntando el dedo índice con el pulgar.
Dentro de su habitación, Carol se sintió extraña, hacía tanto que no se sentía así de bien con un chico. Desde su exnovio, básicamente los había dejado a un lado, centrándose solamente en las mujeres.
Con Sergio sabía que solo era amistad, ella había desistido de los hombres “son todos iguales” rezaba de continuo, pero… ¿Él lo era? Comenzaba a dudarlo. Cogió la toalla y en menos de un minuto abrió a su amigo que seguía chorreando.
—Dúchate primero si quieres.
—Mejor. Paso de ver todos tus pelos en la ducha.
—Todavía hago que me la vuelvas a arreglar…
Sergio entró al baño riéndose como casi siempre hacía cuando ...
... estaba con su amiga, era inevitable no pasárselo bien a su lado. La ducha le sentó de cine, el frío había entrado en su interior y de alguna manera debía sacarlo. Aunque por una extraña razón que cada vez comprendía más y más, una zona no estaba fría.
Últimamente su pene tenía consecuencias extrañas al estar con Carol, siempre daba pequeños respingos al pensar en ella dentro de su habitación, una vez llegó a ponérsele tiesa. No se masturbó, pero la idea le rondó la mente.
Al tiempo que le caía el agua masajeándole el cráneo, le vino a la mente las palabras que hacía meses le confesó a su tía. Parecía que era cierto, no podía tener amigas, siempre acababa pensando en ellas de un modo sexual. Aunque en verdad, ¿Era Carol su amiga o… quería en el fondo algo?
Tenía claro que la apreciaba mucho, era buena, confiable, agradable, a veces un poco intensa… en ocasiones demasiado…, pero se hacía querer y lo mejor de todo, conectaban.
Se secó sin dar más vueltas al tema, era su amiga y punto, lo dejó claro en su mente. Con el pijama puesto y el pelo húmedo como apareció delante de su tía, volvió al cuarto. Allí estaba Carol, esperando su turno, con el pelo moreno y de puntas azules realmente mojado, y envuelta en una toalla. Debajo… nada, igual que la primera vez que se vieron.
—Has tardado una vida, espero que no te hayas pajeado…
—¡Qué obsesión con las pajas! No tranquila, no acostumbro a mancillar duchas que ya han sido usadas.
—Estuviste rápido… —entornó los ojos ...