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Crónicas de un fotógrafo frustrado (I)
Fecha: 05/05/2024, Categorías: Incesto Autor: nachoARG, Fuente: CuentoRelatos
... a tratar de verle el lado positivo a que su tía estuviera cerca para ayudarlo a salir de su crisis. El joven pensó que lo que realmente necesitaba era la ayuda de su difunto tío y no de la tía Carmen. Pero después de unos minutos recordó que su madre le había contado que sus tíos eran realmente muy unidos y compartían muchas cosas de su cotidianeidad; quizá la tía Carmen tenía en su cabeza algunos secretos sobre el excelente trabajo de su marido. Además, la experiencia como modelo podía servir para darle algunos consejos y así conseguir buenos retratos. Esa noche, Joaquín, su madre y su hermana Rocío compartieron la cena como cada noche. Susana se ocupó de contarles a sus hijos los detalles sobre la visita de su tía. Ella les aclaró que su tía no iba a vivir con ellos, sino que había alquilado una casa apenas cruzando la calle en la que ellos vivían. Pero que Carmen viviera en otra casa no significaba que pasara menos tiempo con su hermana y sus sobrinos. El motivo por el cual la tía Carmen había decidido alquilar la casa de enfrente era la importancia que ella le daba a su privacidad; no era negociable el espacio propio que la tía exigía; más allá de su enfermedad, era una mujer que no le gustaba depender ni compartir espacio con absolutamente nadie. Después del breve tiempo de meditación que había tenido en su cuarto, las esperanzas de Joaquín por avanzar en su carrera estaban algo renovadas. Quien se mostraba realmente alegre por la visita de Carmen era Rocío, su ...
... hermana. Desde que Rocío se había enterado de la enfermedad cardíaca de su tía, ella se mostraba muy preocupada. Pero al saber que su querida tía iba a vivir a solo unos pasos de su casa, estaba dispuesta a pasar mucho tiempo con ella y a acompañarla en todo lo que necesitara. El sábado por la mañana un taxi se estacionó en la puerta de la casa de la familia y la tía Carmen se bajó por la puerta trasera del auto mientras el taxista bajaba dos maletas realmente grandes y pesadas. Si Joaquín no hubiese sabido que la mujer que bajaba del taxi era su tía, no la hubiera reconocido debido al largo tiempo que había pasado desde su última visita. Carmen era una típica mujer de 55 años; su estatura era media tirando a baja, de a aproximadamente 1.60. Usaba su cabello corto con un blanco platinado de tintura y un peinado revuelto que le daba un aspecto muy juvenil. Pero el cabello de Carmen, más allá de ser muy bonito, no era lo que más llamaba la atención; detrás de unos anteojos recetados con marco azul oscuro muy a la moda, se lucían sus ojos de un intenso verde oscuro y de forma almendrada que le daban a su rostro una mirada realmente atractiva. Su nariz respingada era otro de los atributos por los cuales había sido envidiada por muchas de sus amigas. Su piel blanca casi pálida quedaba adornada por unos rojizos pómulos algo exagerados por el maquillaje. Y para darle un toque final al bello rostro de la tía, lucía una boca algo grande para el tamaño de su rostro que ella pintaba con ...