El radiólogo gimnasta del pre laboral
Fecha: 07/05/2024,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos
... ambos y se recostó enteramente sobre mi espalda, haciéndome estremecer de placer porque respiraba su aliento en mi cuello.
-Estoy listo y esperando, le dije.
Separó algo su pelvis, noté que se bajaba el ceñido pantalón del ambo, empezó a rozarme con su pene erecto los glúteos y me lo pasó entre ambos, apoyándose de tal modo que llegaba hasta mis propios huevos.
-Me tengo que poner un forro, me susurró, por el tema del líquido de contraste.
-Dale, por favor, le rogué.
Supongo que ya lo tenía a mano, se lo puso en segundos y me mostró su pija por un lado. Resoplé y le pedí que me la pusiera ya, tomándola con una mano.
-¿La querés todo?
-Entera y hasta el fondo.
-Pasame el gel, me dijo.
Y me echó un chorro en una mano. Me giré como pude y empecé a untarlo y sobarle la pija con ansia. Me tuvo a punto, apoyó una mano en mi espalda para inclinarme de nuevo sobre la camilla y me apoyó el glande en la puerta del ano, entrando lentamente, con una suavidad y delicadeza exasperantes, mientras yo gemía como perra en celo y empujaba hacia atrás, deseando más. Me tomó de las caderas y entró hasta el fondo, haciéndome arquear el cuerpo para empujar más mi culo hacia su pelvis que ya se apoyaba contra mis glúteos.
La tenía toda adentro y comencé a contraer y dilatar mi ano para invitarlo a cogerme. Empezó un vaivén enloquecedor aprisionando mis caderas para entrar cada vez más profundo y cada vez más fuerte. Los dos resoplamos y gemimos varios minutos de meta y ...
... saca, arqueé mi cuerpo y me giré para verlo, mientras él besaba y lamía mi espalda y cuello, hasta que llegamos a besarnos desenfrenadamente, entrelazando nuestras lenguas casi hasta el paladar, mientras lo tomaba de sus firmes glúteos para que no se saliera ni un centímetro de mi culo, y contraía y dilataba mi ano.
Volvió a reclinar mi cuerpo y reanudó sus embestidas cada vez más rápido, yo me meneaba y contraía el ano para contener sus salidas, y tras varios minutos se corrió largamente y se recostó sobre mi espalda. Traté de retener su pija, que no se ablandaba, lo más que pude, hasta que se empezó a retirar muy a mi pesar y me pidió que lo acompañara al baño. Allí descartó su preservativo lleno de semen y terminó de quitarse el pantalón del ambo, mientras yo me sentaba en el inodoro, pidiendo disculpas porque debía evacuar restos del líquido de contraste que aún tenía.
-No te preocupes, me dijo, mientras se lavaba la pija y los huevos bien a conciencia en el lavatorio con agua y jabón líquido. Vacié todo lo que tenía en mi interior en el inodoro y pasé al bidé para refrescarme y lavarme bien el culo. Él terminó su limpieza, se secó con varias toallas de papel y se acercó con su pija morcillona tirando a parada, me dio un morreo monumental con su boca cálida y su lengua ansiosa y quedó frente a mi cara su hermosa pija que coronaba un cuerpo de escultura.
Enseguida empecé a lamer su glande rosado, delicioso y tan suave, seguí por el tronco y me la metí casi hasta ...