1. Amiga ¿Quién lo diría?


    Fecha: 08/05/2024, Categorías: Hetero Autor: IvanSun, Fuente: CuentoRelatos

    ... sacó bien lleno de saliva y se lo puso en la vulva, por supuesto que se lo introduje, jugué mucho con su vagina y supe encontrar esa protuberancia especial que se hincha al ser estimulada, y sentí como reaccionó, le saque el dedo y le lo llene de más saliva, pero también ensalivé al dedo pulgar, y le metí el dedo medio tocando donde ya sabía y le hundí al mismo tiempo el pulgar en el ano y continué estimulándola, a su vez le chupé el clítoris, ella gemía gritando muy agudito, cuando bebí de su flujo exquisito algo físico me empujó a penetrarla de una vez, ese sabor fue muy afrodisíaco, me le encajé, y al contrario de lo que me esperaba la tenía muy estrecha y creo haberla abarcado, -guao, amiga ¿Quién lo diría?- le dije, y ella entre sus gemidos me preguntó -¿Qué cosa mi amor?
    
    -lo rica que estás...
    
    -para que tú veas mi amor.
    
    -uy que rica...
    
    Y con sus piernas bien abiertas la penetré con el mayor de los placeres, comiéndome sus tetas las cuales apretaba como masa de harina para pizza, y abría bastante mi boca para meterme más de su teta, pero aun así ni la mitad me cabía; ella me empujó y me pidió que me sentara, se me montó y se tragó completamente mi pene con su vagina, ...
    ... sintiendo yo el fondo de la misma, comenzó a mover en círculos las caderas, era una cosquilla extrema lo que me hizo sentir, además de sus gemidos, sentí la energía queriendo hacerme explotar, doble mis piernas y apoyé las plantas de mis pies abajo y comencé a embestirla hacia arriba al mismo tiempo de que metió sus tetas en mi boca, luego comenzó a martillarme con su cuca, sentí que se puso mucho pero muy caliente, halé su cuello y traje su boca a la mía, yo quería besarla pero ella gemía y gemía sin control, luego comenzó a frotarse de atrás para adelante y ahí si me mató, me llevó a lo más alto y me dejó caer, mi voz sonó como la de un toro bravo de lo duro y abundante que me hizo acabar, fue divino, aun así ella tuvo la voluntad de bajarse y comenzó a chupármelo y a masturbarme, no permitió que el pene se me durmiera, fue muy rápida en eso, yo sentí la necesidad de volver de inmediato, y una vez que pude me paré, me le tiré encima, la volví a penetrar y ésta vez lo hice con movimientos cortos y rápidos pero en lo más profundo, y ella gritándome al oído sus gemidos -sí, así papi dame más y más- y yo con un solo grito grave y largo volví a soltarle unos buenos chorros de leche adentro. 
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