1. Mi padrino me enseña a coger


    Fecha: 09/05/2024, Categorías: Incesto Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... a mi culo y dándome una palmada, me pidió que me ponga de rodillas.
    
    —Zoe, ya conociste las zonas de placer de tu cuerpo, ahora, úsalas para darte placer.
    
    Mis manos volvieron a mis brazos, la sensación de saber dónde tocarme y que iba a sentir me embriagaba. Casi con desesperación lleve mis manos a mis pezones, me volvía loca lo que había sentido y quería volver a sentir. Sentí un roce en mis piernas y como sus manos tomaban mi cintura.
    
    —Zoe, quiero sentir como de regalas todo tu placer. Por favor, dame todo tu placer. Me dijo y me volvió totalmente loca, quería que se dé cuenta como estaba gozando.
    
    Sus manos tomaban mi cintura, yo movía mi pelvis en el aire, mis manos me acariciaban y excitaban como si no fueran mías. De pronto, sin esperarlo, sentí como algo separaba mis labios vaginales y tocaba levemente mi clítoris. Era su lengua, no más de diez segundos después, estalle en otro orgasmo.
    
    —Así Zoe, regálame cientos de orgasmos.
    
    Cuando me empezó a chupar con todo no pude contenerme más, mis manos no dejaban de tocarme todos y cada una de mis zonas de placer. Los pezones me dolían de tan duros que estaban.
    
    —Ahora sí, sin lastimarlo, juga con tu clítoris.
    
    Lo toque con dos dedos, temiendo lastimarlo. Mi otra mano apretaba con todo un pecho. Fui tomando confianza y mis dedos se movían amigablemente con mi clítoris. El con su lengua entraba y salía de mi concha sin parar. Me estaba cogiendo con la lengua, no lo podía creer. Otro orgasmo me sacudió por ...
    ... completo.
    
    —¿Conoces tu punto G? Preguntó.
    
    —Creo que sí.
    
    —Con dos dedos búscalo, no lo agredas, acarícialo.
    
    Metí dos dedos y no fue difícil encontrarlo. Me sacudí cuando lo acaricie. Quique llevo su lengua a mi orto. Ni un dedo ni una lengua habían tocado mi orto nunca. No pude resistirme a la sensación de placer. Mis dedos acariciaban mi punto G, cada vez con más fuerza, no los podía detener ni controlar. Y su lengua, que empezaba a penetrar mi virginal culo. Mi mano recorría mis pechos, mi cara, metía dos dedos en mi boca para que los chupe, volvía a recorrer mi cara y mis pechos. Estaba estallando de placer y no podía ni quería parar.
    
    Me di cuenta que se levantaba por el rose de su cabeza en mi pierna, yo no sacaba mi mano de mi concha, ni dejaba de acariciar mi punto G, ni de apretar mis pecho.
    
    Una de sus manos tomo mi nuca, y con firmeza hizo que mi boca fuera al encuentro de la suya, que fue en mismo instante que dos dedos de su otra mano, entraban en mi concha.
    
    No sé como pude hacer para gritar de placer mientras me besaba. No dejaba que nuestros labios se separen, no dejaban de entrar y salir sus dedos de mi concha. Metió un tercero, cinco dedos en mi concha dándome placer. Pero solo duró un segundo. Saco uno y lo apoyo en mi orto. Fue el acabose, el delirio total. Comencé a mover mi pelvis con todo, saque mis dedos de la concha, empuje el suyo dentro de mi orto y lo abrace con fuerza, me dejo dejar de besarnos, apoye mi cabeza en su hombro y con la ...
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