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Patricia, el culo que no me quise coger
Fecha: 25/05/2024, Categorías: No Consentido Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
En aquella ocasión venía con un conocido de la familia de nombre Marcelino de un viaje que nos llevó a abarcar tres estados del sur oeste de este país. Prácticamente fueron 24 horas de manejo y las últimas seis yo era el que manejaba para que Marcelino descansara pues él debía de levantarse temprano e ir a su trabajo por la mañana. Llegamos a eso de las dos de la mañana y Marcelino me pidió que me quedase a descansar en su apartamento, aunque para llegar a mi casa a esas horas de la mañana era solo un viaje de 25 minutos en mi moto, la cual había dejado estacionada en los apartamentos donde vivía Marcelino, su mujer y un pequeñuelo. Al llegar a su apartamento su esposa o mujer se despertó y salió en una especie de bata y me alcanzó unas almohadas e hizo que el sofá se convirtiera en cama. Marcelino me alcanzó una cerveza con la excusa que después de esa agitación del manejo, un par de cervezas nos relajarían y dormiríamos plácidamente. Parecía que aquello funcionaba para Marcelino, pero no para mí, pues él desde que llegamos parecía dormitado. Patricia su mujer mencionó un medicamento para las alergias que ella tomaba y del cual yo también había tomado anteriormente y en verdad me hizo dormir como un tronco. Ella me alcanzó un paquetito de dos pastillas y sin pensarlo me tomé las dos. Ni veinte minutos pasaron para sentir el desvanecimiento que me provocaron y me dormí a pesar del calor que se sentía, pues en esa plática me hacían saber que el aire acondicionado no ...
... estaba funcionando del todo bien. Por tanto, fue Marcelino quien me había dado un pantalón corto deportivo y me acosté en aquel sofá cama. Estaba tan cansado y con el efecto de aquella pastilla que apenas sentí cuando Marcelino se alistaba para ir a su trabajo. Partió y solo se quedaba Patricia y su hijo que por esa época debía haber tenido 3 años. Patricia por esa época tenía sus 23 años, era 10 años menor que Marcelino y era una chica que siempre que la vi se vestía bastante provocativa. Tenía un rostro atractivo de esos redondos y achinados, siempre la vi maquillada y si no vestía minifaldas usaba pantalones cortos, pero demasiado cortos, pues creo que le gustaba mostrar sus bien torneadas piernas y la verdad tenía unos perfectos y trabajados muslos, de piernas gruesas o piernuda y de un culito bien potente. Nunca la vi como una opción para mí, pues estaba casada con el amigo de nuestra familia. Escuché encendida la televisión y me decía que sí deseaba descansar mejor me fuera a la habitación que ahí estaría en silencio. No le dije mucho pues me sentía como sonámbulo y a penas recuerdo me levanté y ella me dirigía a su habitación. Llegué a la cama y volví a caer rendido por el sueño, pero más que todo inducido por los efectos de aquel medicamento para la alergia. Recuerdo que soñé una y otra vez lo mismo, como cuando uno vive una de esas fiebres y eso es lo que más recuerdo y lo difuso de lo que ahora les voy a relatar. La verdad que en su momento me pareció como un ...