Verano del 84 (Capítulo 1)
Fecha: 26/05/2024,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos
... cambios, de índole social, y una tímida revolución sexual comenzó a aflorar. Primero por ese lado, ya que hasta meses antes de este relato, cualquier imagen catalogada de impúdica por las autoridades era censurada tanto en medios gráficos como en tv y en el cine. Esto comenzó a cambiar y hasta se le puso un nombre: “El Destape”. Aparecieron entonces las primeras revistas “porno”, pero al principio su circulación era cerrada, pudorosa, y los comerciantes ni si quiera las exhibían en los puestos de venta.
Digamos “Porno”. Las comillas son intencionales. Eventualmente una cola algo de costado. Los senos siempre con los pezones cubiertos… Apenas erótico lo llamaríamos hoy. Todavía lo recuerdo con claridad. “Status” se llamaba una de las publicaciones. La edición en particular tenía una chica rubia de ojos marrones en la portada, con curvas pronunciadas, y la foto estaba tomada de frente en un campo de maíz, detrás de una planta. Dos hojas altas cubrían estratégicamente ambos pezones, y una más corta la entrepierna. No importaba. Era atómico entonces. No me interesaba elucubrar que había llevado a mi abuelo a comprarla. Pero la había descubierto en un cajón de su habitación, bajo unas prendas (Si, tenía la costumbre de revisar a hurtadillas). El terror me impedía sacarla de ahí y llevármela a mi habitación o baño para lo que correspondía, no fuera a ser que me bloquearan el retorno y válgame, Dios. Pero en las tardes bucólicas y estáticas, más bien a la hora de la siesta, iba ...
... sigiloso a ojearla. Al principio volvía corriendo a mi baño a pajearme con las imágenes grabadas en mi retina. Pero más tarde comencé a tocarme por sobre el short de baño, para luego terminar en mis dominios, y un día me venció la tentación de sentir mi mano en mi verga como corresponde, deje caer mi traje de baño y comencé a frotarme, mi izquierda pasando las páginas de la rubia de la revista apoyada en el mueble vestidor y mis oídos atentos a cualquier sonido que quebrara el silencio de la siesta. Mis ojos clavados en las fotos y sin perder la visión periférica…
- ¡Ayyy! - Susi me miraba fija, como hipnotizada desde la puerta entornada. Doblé mi pija para abajo escondiéndola precariamente entre mi mano y el mueble.
- ¿Qué haces?
- M-me... me hago l-l-la paja Susi. Mira es que es n-n-normal los pibes...
- ¿Me mostrás?
Le extiendo la “Status”.
- No boludo, esas revistas tienen solo fotos de chicas. A mí no me interesan las chicas. ¿Me mostrás?… - y señalo tímidamente a mi erección semi oculta. O semi erección a esta altura, producto del pánico. Me descubrí y me paré frente a ella, miró mi verga con sumo interés, y el súbito cambio de clima hizo que volviera a levantarse un poco.
- Uh. Solo había visto unos gráficos malísimos en “educación sexual”. ¿Así esta erecta?
- En parte. Se pone más dura y rígida.
- Uh… Eh, yo te venía a buscar para que me acompañaras en bici al pueblo. Mamá me dejó unos encargos. - Dijo, mas no sacaba la vista de mi pene.
- ...