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El día del maestro
Fecha: 27/05/2024, Categorías: Gays Autor: Carlos Uno, Fuente: CuentoRelatos
El mundo se alista a vivir las emociones propias de un mundial de futbol, los franceses serán anfitriones, mientras tanto en mí país se celebra el día del maestro como un justo homenaje a todos los miembros de este gremio, 13 de abril que coincide con lunes. Como de costumbre en lunes acudo al único cine porno de la ciudad, el reloj indica las 19 h, al no encontrar un asiento adecuado en la parte baja, me dirijo a la siguiente platea, y es precisamente en la última fila que logro encontrar un asiento disponible justo al lado de un señor que debe bordear los 40 años. Las escenas de la película logran una erección de mi pene la misma que es acomodada dentro de mi pantalón, estos movimientos son percibidos por mi vecino de asiento pudiendo sentir su profunda mirada hacia mis genitales, además empiezo sentir un cierto roce y presión en mi zapato derecho, retiro la pierna hacia el centro, me concentro nuevamente en las divinas escenas que se proyectan en la pantalla grande, superado el incidente del roce en el zapato me acomodo en una posición mucho más cómoda y al poco rato considero que mi vecino desea tener un mayor contacto, por mi mente pasan miles de pensamientos y a la final me digo por qué no? Lo dejo actuar con libertad e inmediatamente siento su mano sobre mi muslo derecho en busca de mi entrepierna, finjo que no me interesa su accionar, pero su inquieta y traviesa mano pronto toca mis genitales, lo cual me agrada sobre manera a la vez que me pone muy nervioso, ...
... ¿por que no he de estarlo si es una de mis primeras experiencias en este fabuloso mundo del sexo entre hombres? Con una habilidad magistral baja el cierre de mi pantalón e inmediatamente procede a coger mi pene, el mismo que mantiene una tremenda erección, aparta mí ropa interior y se apodera de lo que anda buscando, su áspera mano produce sensaciones nunca antes experimentadas, sus movimientos de vaivén me llevan a tocar las estrellas sin siquiera moverme de mi asiento. Continuamos así por un largo rato hasta que somos interrumpidos para ceder paso a otro espectador del cine, el mismo que decide sentarse justo a mi lado izquierdo y eso realmente no es de mi agrado puesto que no podremos seguir dando rienda suelta a lo nuestro. Ante esta circunstancia decido abandonar el cine, me dirijo con rumbo sur, encuentro abierto un pequeño restaurante de hamburguesas disfruto plenamente de este delicioso manjar y al regreso a casa debo pasar nuevamente por la puerta del cine, por la cantidad de personas que ocupan las veredas aledañas deduzco que la función ha terminado y todas estas personas deben tomar su propio rumbo. Como a unos cincuenta metros de la puerta del cine puedo sentir en forma inequívoca que alguien me mira, al regresar a mirar descubro que se trata del señor que estaba sentado a mi lado, disminuyo el paso de mi andar y al acercase le saludo atentamente cosa que es correspondida con normalidad, entonces le pregunto que para donde se dirige y me comenta que no ...