1. Mi mujer en el mall y yo en la playa, cogiendo (parte 3)


    Fecha: 29/05/2024, Categorías: Intercambios Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos

    ... coño bien lubricado hasta llegar al fondo y empezó a montárselo como poseída.
    
    -¡Buenísima cogida!, le grité.
    
    -Te quiero, me dijo.
    
    Coqui me susurró que mi mujer lo había calentado mucho y quería volver a coger.
    
    -Dale, pero de frente, para verte.
    
    Se arrodilló frente a mí, me alzó las piernas y me la puso sin problemas, porque tenía el ano ya dilatado y bien lubricado por los restos de leche que me había echado antes. Mi mujer incentivó su cabalgata sobre Kevin al ver el cuerpo de mi amante mientras me daba a fondo y escuchaba mis pedidos de más y más.
    
    Luli hizo sus firuletes de entrar y salir y menearse sobre la pija de Kevin varios minutos hasta que el caribeño empezó a jadear con fuerza y empujarla hacia arriba para metérsela más adentro y ambos se corrieron a la vez. Coqui vio todo y acabó dentro de mi culo otra vez con todo su cuerpo transpirado brillando como una estatua de mármol negro.
    
    Sólo quedaba yo muy caliente porque tenía las manos ocupadas, pero Coqui se recostó sobre mí para besarme poco a poco bajando hasta mi pija y me la chupó con maestría mientras lo enfocaba con el celular. No duré ni dos minutos y eyaculé en su boca el poco ...
    ... semen que me quedaba, que no dudó en tragarse hasta la última gota y volver a besarme bien a fondo haciéndome saborear mi propia leche.
    
    -¡Estuviste bárbaro!, me dijo Luli aún sentada sobre Kevin que no dejaba de chuparle las tetas y besarla profundamente a cada momento.
    
    -Kevin todavía está al palo, me dijo.
    
    -Aprovechalo, le respondí, exhausto.
    
    Y empezó a menearse de nuevo apretándolo contra sus pechos bamboleantes. Noté que Kevin también se impulsaba y después de varios minutos de montada, volvieron a correrse juntos en un éxtasis sexual increíble.
    
    Siempre previsora, en su bolso Luli llevaba unas toallitas húmedas con las que limpió meticulosamente la pija aún enhiesta de Kevin que era una máquina sexual inagotable, para después ponerse un apósito dentro de su bikini que pudiera contener la catarata de jugos y leche que salían de su coño y facilitarle uno a Kevin para que la humedad no mojara su bermuda.
    
    Una vez recompuestos se dieron un beso interminable de lengua y más caricias, hasta que se oyeron golpes en la puerta de la combi y Luli me dijo que cortaba la video llamada, pero que la seguiríamos más tarde, en el complejo hotelero y en persona. 
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