1. Viaje a Antalya (Turquía)


    Fecha: 03/08/2017, Categorías: Gays Autor: elalcalde, Fuente: SexoSinTabues

    ... lado de la piscinita de en medio. Allí, le indica una especie de cama de piedra. Se ha ido poniendo una especie de niebla que me impide verles bien. Con una gran sonrisa, el muchacho del otro día me hace gestos de que me quite el bañador. Como me ve dudar, se quita él la toalla. Como me parecía, no lleva nada debajo. Tiene una polla alargada, más oscura que el resto de su piel, sin pelo. No me parece pequeña: la tiene en reposo y es como mi dedo corazón de larga, aunque, evidentemente, más ancha. Le hago caso y me quito el bañador. Me indica que me tumbe en otra cama de piedra. Antes de que me acueste, la moja varias veces con agua de la piscina. Cuando me tumbo, noto el calor del agua en mi espalda. El muchacho me indica que me dé la vuelta y me ponga boca abajo. Me ayuda. Tiene unas manos más bien ásperas, pero es agradable su contacto. Veo a los dos muchachos agacharse en la piscina, cada uno a un lado, y empiezan a hacer movimientos extraños con una tela. No tardan en tener entre las manos una enorme bola de espuma que se aprestan a extender por nuestros cuerpos (me imagino que también a Jesús, porque no puedo verle en la postura en la que estoy). El muchacho empieza a restregarme el cuerpo con energía. De vez en cuando, se desplaza de nuevo a la piscina para volver con otra bola de espuma que extiende sobre mi cuerpo. Sus manos se deslizan con rapidez sobre mi piel. Me frota la espalda, los brazos, las piernas. Luego me abre las piernas y me frota el culo sin ningún ...
    ... miramiento. Me noto lleno de espuma. No puedo evitar empezar a sentir sus manos de una manera especial. Noto mi erección. El muchacho también. Sus manos profundizan entre mis muslos y frotan mi polla. Alzo mi cintura para dejarle llegar con más facilidad. Pero el muchacho deja mi pene y vuelve a frotarme la espalda, los brazos, las piernas… y luego vuelve a mi culo. De vez en cuando, vuelve a empujar mis piernas para abrirlas. En un momento, tira de mis caderas hacia arriba. Pienso que va a volver a coger mi polla y acompaño sus manos para subir mi cintura y dejarle pasar. Pero no es eso lo que busca. Sujeta mis ingles con sus manos para echar mi culo hacia atrás y me empieza a penetrar. Cuando mete la cabeza, se para. Me imagino que está esperando mi reacción. Me aprieto suavemente hacia atrás, invitándole a seguir. No hace falta que se lo repita: se entierra en mi culo y me empieza a follar mientras sus manos recorren mis flancos. Solo en ese momento me doy cuenta de que no estamos solos y busco con la mirada a Jesús: no le veo. La neblina ya ha desaparecido y aunque mira alrededor por todo el hamman, no le encuentro. El muchacho se da cuenta y se para, saliéndose de mí. Me hace señas para indicarme que se fueron. Afirmo con la cabeza para indicarle que le entiendo. Me sonríe y sujeta mi culo para volverme a colocar mientras me dice algo que entiendo que es como una pregunta de si continúa. Le devuelvo la sonrisa y vuelvo a afirmar con la cabeza mientras me dejo colocar y me ...