Rompiendo los códigos de amistad
Fecha: 02/06/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roxisexy71, Fuente: CuentoRelatos
... vagina con su pija totalmente dura que yo sentía llegaba hasta lo mas profundo de mi. No pude mas y exploté en un orgasmo contrayendo mi vagina en su pene, lo que aceleró su excitación. Yo sentí que el iba a acabar, quería tomar su leche, me salí y me coloque con mi cara debajo de él abriendo mi boca. El me la refregó en mi cara pajeándose, yo extendía mi lengua, la tome con una mano y me la metí en la boca succionando y haciéndola entrar y salir hasta que fuertes chorros de semen llenaron mi boca. Se la tomé toda, la tragué toda y seguí jugando con mi lengua y pajeándolo muy suavemente. Podía sentir que su erección apenas bajó y ya comenzaba a ponerse bien dura, quería que me haga el culo también, sabía que mi amiga no se lo entregaba nunca y que él se lo pedía.
Me arrodillé en el borde del sillón y le dije, "todo tuyo, rompémelo todo, hacele el orto a la novia de tu amigo", yo estaba hecha la mas puta de todas, él no había dejado de decirme guarradas todo el tiempo y yo no me quedaba atrás.
Las ganas con las que me cogió el culo es ...
... difícil de describir, me la metió de una hasta el fondo y no dejó de taladrar fuerte y duro durante un buen rato. La hacia salir y volver a entrar toda, que placer sentir esa cabezota salir y volver a entrar hasta lo más profundo!!!
Ese tronco duro taladrando mi orto y el pensar que era el amigo de mi novio mas morbo me daba, mientras me la daba me confesó que se había masturbado varias veces pensando en mí e imaginando que me la metía por el culo, lo que me generó otro orgasmo inmediatamente. Yo empuje mas hacia atrás acompañando su movimiento y le confesé de mis pajas pensando en él y explotó dentro mío, su semen caliente se sintió hermoso en mis entrañas. aunque había acabado antes en mi boca todavía tenía una buena cantidad de semen que descargó.
Se inclinó y me besó la espalda, dejando su pene dentro mío por unos instantes hasta que se ablandó y salió.
Nos recostamos en el sillón con nuestros cuerpos sudados pegados y nos besamos, ambos sabiendo lo mal que estaba lo que habíamos hecho y sabiendo que no iba a ser la última vez.