Crucero de placer con mi hermana y al final, sorpresa
Fecha: 05/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... casi inexistente acomodada en la cama, con la redondez de sus tetas y culo, que tuve la suerte de ver cuando salía del baño, desde aquí la veía perfecta.
Al momento de aprender a bailar, salsa, no lo hicimos, pues mi sexo estaba que explotaba en mi pantalón.
Llego el momento de aprender lambada.
Siguiendo las instrucciones del profe, tome el torso de mi hermana con mi brazo izquierdo mientras ella hizo lo mismo con mi hombro derecho, entrelazando los dedos de las manos libres, hacíamos los pasos básicos aprendidos, la música invitaba a mi pareja para que tire su cabeza hacia atrás junto con el torso, mientras yo la atraía hacia mí, básicamente no hay reglas para la lambada, es seguir el ritmo y nada más.
Tomando nota mental, al ser un baile en pareja bailándose muy pegados los cuerpos, era impresionante la intimidad que nos daba esa cercanía y el roce de nuestras pelvis.
En este punto del baile ya estaba totalmente encendido y mi verga quería escapar de su encierro.
Mi hermana se dio cuenta, y así bailando nos acercamos a la mesa, tomo la botella de vino recién abierta, aun sin despegarse de mí, nos fuimos hacia las escaleras bajando camino a los cuartos, tomados de las manos.
Un apasionado beso en mi boca me sorprendió en la entrada del camarote, entramos besándonos y al cerrar la puerta todo se volvió sexual, nos fuimos sacando la ropa a medida que nos acercábamos a la cama, desnudos nos sentamos en el borde continuando con caricias y besos, ...
... alcance a tocar esos pechos magníficos pudiendo, llegar al fin, chupar esos pezones; su risa me desconcertó, le pregunto qué ocurrió, si se arrepintió.
-No bobo mira lo que hay en ese rincón.
Un sillón tantra, solo lo había visto una vez en un motel, no sabía cómo usarlo.
Una nota lo acompañaba. “que lo disfruten” atentamente su camarero amigo, Wilson.
Había cumplido con la sorpresa prometida.
Es un hermoso sillón, tiene la forma de una M pero con una de sus puntas más baja, pero… no sabía darle uso.
Carla me tomo de la mano y me llevo hacia el regalo, se recostó en la parte más baja, haciéndome arrodillar frente a esa parte del sillón, acostada boca arriba flexiono sus rodillas hasta tocar su pecho con ellas, con su vagina ofreciéndose no me hice de rogar y me perdí entre sus muslos, llegando a la cueva del amor con mi lengua, su monte de venus totalmente depilado, suave, sedoso era una caricia para mi rostro.
Pude besar sus muslos, pasar mi lengua por toda la extensión de sus lisos labios vaginales, arrancando un gutural gemido de placer, especialmente cuando me detenía en la parte superior de la entrada a la vagina tomando el clítoris con mis boca, clítoris, un poco más grande que los vistos anteriormente, que se tensaba en cada lamida, absorbí todos los fluidos emanados, un delicioso olor a sexo me invadía las fosas nasales, su agitación iba en aumento y se entrecortaba la respiración, su cuerpo se mueve al compás de mi lengua al tiempo que me exigía no ...