Crucero de placer con mi hermana y al final, sorpresa
Fecha: 05/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... detenerme, anunciando un inminente orgasmo, introduzco dos dedos dentro, no fue necesario más para que su orgasmo estalle derramando todo ese líquido en mi boca, el cual no desperdicié ni una sola gota.
Estaba en un grado de excitación tal que necesitaba urgente mi turno para inundar su vagina con mi líquido seminal.
Hubo una cosa que me hizo excitar aún más, el saber que Carla estaba disfrutando del sexo conmigo.
Me senté a horcajadas en el hueco medio del sillón, tome a Carla sentándola sobre mí, con su mano ubico mi verga en la entrada de su vagina, que no se resistió, permitiendo una suave entrada a mi sexo duro por demás.
Un pequeño grito de dolor salió de sus labios.
-¿te hago daño?
-No, por favor seguí, es que es muy grande, a lo que no estoy acostumbrada, no es tanto el dolor, es el placer de sentir que por fin tengo llena la concha.
Me sigo moviendo con las limitaciones que me da la postura. Al sentir que voy a descargar el semen me detengo, la hago parar haciendo yo lo mismo, nos situamos en la parte más alta del sillón, acostándola boca abajo para poder penetrarla nuevamente, ahora con más vehemencia, mis movimientos se hicieron más rápidos, los golpes que daban mis testículos contra su cuerpo sonaban en toda la habitación.
-Por favor José acaba ya, (era una orden) estoy por hacerlo y quiero que sea al mismo tiempo.
Apure el ritmo y endurecí las embestidas, no sé por qué se me ocurrió, pero le pegue dos o tres chirlos en sus blancos ...
... glúteos. El placer de sentir el golpecito y el placer de aplicarlos nos hizo estallar en un orgasmo espectacular, los gemidos invadieron nuestros oídos.
Quedamos un rato en esa posición, hasta recuperar el aliento, nos acomodamos en el sillón como pudimos y de la forma más cómoda que encontramos, para beber el vino que habíamos traído.
Quise hablar de lo sucedido, no me lo permitió.
-No, por favor no arruinemos el momento, quiero que sigamos siendo marido y mujer lo que reste del viaje, cuando lleguemos a casa hablamos.
-Bueno Carlita, solo quiero tu felicidad, si eso lo hace, misión cumplida.
Me besó, apuro el vaso que estaba por la mitad, sus manos jugaron nuevamente con mi verga, posicionándose para introducirla en su boca, luego de chuparla por unos minutos, dejo de hacerlo para recostarse sobre el sillón como lo había hecho antes, boca abajo.
Me puse sobre cuerpo intentando nuevamente penetrar esa entrada que me invitaba a disfrutarla. Con su mano tapo su vagina no permitiendo la entrada, solo quedaba al descubierto ese agujero que no todas las mujeres quieren que sea vulnerado. Con mi saliva lo fui lubricando a medida que ingresaba un dedo y otro para dilatarlo. Cuando sentí que no oponía resistencia al ingreso, apoye la punta del pene ejerciendo presión, hasta que el glande se introdujo, solo hubo un “hay” muy leve, me detuve hasta que se amoldara. La introducción la hice lenta, hasta que mis testículos chocaron contra su vagina; había entrado toda. Con un ...