Isabel, te follaba una y otra vez 2/9
Fecha: 05/06/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos
... vale?
>En cuanto me digas bajo y lo preparo todo. Me puedes pagar por bizum. Tu dime y te digo el precio.
>Ah y que sepas que me apunto lo de esa cerveza y así me cuentas mas sobre esa chica.
>Ya me dices.
Poco o nada tardó Carlos en dar una respuesta afirmativa a María, en preguntarle cuánto costaría el kit y el transporte y en darle la dirección del hotel.
>Ah, sí. Una cosa más María
>Si es posible que se le entregue al paquete a una recepcionista pelirroja que hay en recepción, me harías un favor.
Con los negocios hechos, Carlos abrió la puerta de la habitación de Isabel y entró. Oyó a Isabel hablar con alguien, ¿tal vez había alguien allí? No, más bien sería el teléfono y se le podía ocurrir quién podría ser.
-Que sí que ya te he oído. No me lo repitas más.
Isabel estaba andando por el dormitorio con el teléfono pegado a la oreja, caminaba de un lado para otro. Cuando no le quedó más habitación que recorrer en línea recta, se giró para deshacer el camino y se percató de que Carlos había vuelto. Ella aún llevaba la bata puesta y la había vuelto a abrochar, los pezones se le marcaban bajo la fina seda y las caderas sugerentes dibujaban sus curvas bajo la prenda. Isabel se paró cuando vio al intruso y puso una mirada de sorpresa, no entendía qué hacía Carlos ahí.
A Carlos poco o nada le importaba qué estuviese escuchando ella tras el auricular del teléfono, avanzó hacia la cama y dejó caer al suelo la bolsa de plástico.
-Hombre, sólo ...
... faltaría. Vamos -parecía enfadada-. Ahora encima tengo que darte las gracias porque retrases tus planes para que no se quede solo el niño hasta que yo vuelva.
Ya era claro que estaba hablando con Kike. Carlos se empezó a quitar la camisa como si la cosa no fuese con él.
-¡Joder, Kike! Que yo estoy aquí por trabajo, ¿lo recuerdas?
Isabel prácticamente odiaba trabajar, pero esgrimía ese argumento contra su marido. Él era el obseso del trabajo y ese argumento siempre le dejaba en silencio. Carlos pasó a dejar caer su pantalón al suelo, no aún los calzoncillos.
-¿Bien? ¡¿Bien?! -Isabel pasó junto a Carlos poniéndole una mala cara de campeonato, que él ignoró-. Pues claro que sí. No, si ahora te parece me quedo en cualquier habitación de mierda. Si me haces venir a esta mierda por la empresa, lo menos es que esté en una buena habitación. La mitad de la empresa es mía, joder.
Ah, mezclar el dinero y la familia. Eso nunca salía bien. Carlos dejo su móvil sobre la mesita de noche y lo puso a cargar, luego fue tras Isabel.
-¡Sí! ¡Sí te lo digo, porque a veces se te olvida! Tu pued… -dos manos se posaron en las caderas de Isabel. Ella se volvió y le lanzó una cara de odio a Carlos mientras vocalizaba las palabras: <<¡Qué haces!>>. Las vocalizó tan bien que hasta se podían oír- ¿Qué? Eh… sí. Mira no me cambies de tema, que no pienso… -Carlos la atrajo hacia sí quedando culo con polla, la rodeó por las caderas y besó su cuello suavemente- Que no pienso irme antes de ...