"Los Cuatro Ancianos" (I)
Fecha: 09/06/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Para Manuel el matrimonio solo era un paso necesario para seguir avanzando en la vida. Un compromiso en el que pasas a convivir con una mujer lo que el cuerpo aguante. Y, aunque Manuel pensaba que era importante de qué mujer se tratara, no dejaba de ser una lotería en el que había pocos números a la venta. Así había sido para él dos veces durante su vida. Su primera mujer, con la que se comprometió antes de irse a la guerra, murió trágicamente en un accidente de coche con su amante después de veinte años de casados. Nunca la culpó de nada. No tuvieron hijos, no se amaron. Ni siquiera se caían demasiado bien. Pero la echó mucho en falta ya que Manuel era un desastre con las labores del hogar.
Así que Manuel no tardó en buscar una segunda esposa. Una solterona dieciocho años más joven que él, y tan mal cuidada y huraña que ambos parecían de la misma edad. Pero cocinaba muy bien. Con su segunda mujer si tuvo un hijo varón, José. Y fue bastante feliz durante todo el matrimonio. Lamentablemente ella murió de cáncer hacía ya dos años. Y ya era demasiado viejo a sus sesenta y ocho años para buscar otra esposa. No, el matrimonio para Manuel solo había sido un paso necesario para seguir avanzando en su vida. Pero no para su hijo.
Tras un mes de casados no había mañana que José no se levantara sonriendo. Dormía como un tronco cada día, rendía en la agencia de publicidad como nadie, y no había frase que no la terminara con un comentario gracioso. Como Manuel era ya bastante ...
... viejo les había dado la opción, a su hijo y a su mujer Isabel, de vivir en su casa. La pensión de viudedad no era demasiado abultada y la casa demasiado grande para él solo. Además, Isabel hacía desayunos exquisitos y desde la ausencia de su difunta esposa tanto su casa como su estómago se habían convertido en un estercolero.
Manuel miró de soslayo hacia su nuera, Isabel, que emplataba el desayuno de su marido con la tortilla francesa que le había preparado, creps con miel, y fruta picada. Isabel era realmente hermosa a sus veintidós años. Tenía el pelo castaño claro, tan liso como la seda, y tan largo que llegaba a media espalda. Una cara aniñada que se potenciaba con sus largas pestañas naturales, además de una sonrisa amplia y agradable. Su piel clara y ojos tiernos endulzaban aún más su apariencia. Manuel seguía sin creerse que su hijo, un tipo del montón, hubiera tenido tanta suerte para conseguir una belleza semejante. Y justo en ese instante apareció en la cocina con traje y corbata, recién duchado y peinado para ir al trabajo.
José solo tenía tres años más que ella, pero había heredado el mentón adusto de su padre, y eso le hacía aparentar que tenía otros tres más. Su pelo corto y oscuro era herencia de su madre.
-Buenos días cariño -saludó él mientras besaba a su mujer en los labios.
-Te he preparado tu desayuno favorito, y un poco de tortilla para luego la merienda en el trabajo.
-Gracias, amor.
-Ya quisiera yo pode comer tortilla como tú-se quejó ...