1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (30)


    Fecha: 10/06/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... juego con los botones de su camisa. Y para rematar, en su cabeza usaba un sombrero amarillo de fieltro y ala ancha, adornado con una ancha cinta negra y sujeta a ella, una pluma larga y morada.
    
    —El can dejó de olfatear su entrepierna y mover su cola esponjosa, –como si a pesar del disfraz la reconociera– para reparar en mí presencia y venir muy seguro a mi encuentro. No me gruñó, pero si se sentó interponiéndose cuan ancho y peludo era, entre la femenina versión de Jim Carrey para la película de «La Máscara» y mi enorme panza de Pedro Picapiedra. No te reconocí, hasta que te volteaste y me saludaste con un irónico… « ¡Hasta que por fin apareció el señor!»
    
    —Es que estaba cansada por las tres horas que pasé metida en el salón de belleza maquillándome, –aclaro mi situación ante sus quejas– y enojada porqué me sentía fea y ridícula con aquel disfraz. Cuando me di cuenta de mi cortante saludo, apareció por detrás de ti José Ignacio, para entregarme las llaves de mi Audi. Apenas se saludaron y en tu rostro vi la cara de conmoción que ello te causó. Nadie aparte de mi había conducido ese automóvil, ni siquiera permitía que tú los domingos, cuando íbamos a hacer las compras en el supermercado para el mes, lo condujeras. ¡Otra más de mis cagadas! Te enfadaste de inmediato y me preocupé. Ese prepotente enemigo ya había conducido el que tú me habías regalado. Saliste de allí con rapidez y te perdí de vista durante más de media hora.
    
    —Salí de esa casa necesitando aire, espacio ...
    ... y tiempo para digerir lo que acaba de observar. Y claro que a la entrada del garaje tu auto estaba allí estacionado, con el cofre caliente aún y el techo panorámico sin cerrar. Caminé por un rato, hallando un pequeño bar abierto a dos calles de la casa y decidí pagar por una cerveza para acompañar mi segundo cigarrillo. Los allí presentes me miraron raro y hasta algunas sonrisas les provoqué por la túnica de piel de leopardo hasta las rodillas y mi cabello engominado. Pensé en regresar por la camioneta y devolverme para la casa, pues ya no tenía ganas de permanecer allí pero al acercarme a la verja escuche con claridad la algarabía y la voz de la señora Carmenza encargada de entregar los regalos del amigo secreto y al nombrarme tuve que acercarme para recibir de sus manos el mío.
    
    —Una caja con fichas blancas y transparentes para armar. Sí, recuerdo bien tu carita de satisfacción al recibirla. Fue un excelente obsequio y le estrechaste la mano con fuerza a…
    
    —Contreras, el ingeniero civil. Sí me sorprendió, aunque no tanto como la cara de felicidad del playboy de playa, al recibir una pesada chaqueta negra de piel envejecida. Con multitud de cremalleras, flecos, taches cromados y estampada en la espalda la cabeza de un águila y alrededor en letras ardientes, tres palabras.: «Born to Ride». Beso en la mejilla, demorado y apretado abrazo para la persona que se la había obsequiado. ¡Mi querida esposa!
    
    —Eduardo y Fadia reclamaron mi compañía y hablamos de los disfraces, ...
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