1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (30)


    Fecha: 10/06/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... impresionó.: «No podrás nadar hacía nuevos horizontes si no tienes el valor de perder de vista la costa.» Y fue entonces que creí comprender que para alcanzar mi tranquilidad y tu confianza, era necesario arriesgar y soltarte completamente, dejándote vivir tu vida, apartando mi intranquilidad, tal cual como mi madre me decía al comienzo de nuestro noviazgo: «No la atosigues tanto, qué sí la yegua es de paso fino, las riendas las tiene de adorno.» Y me cosí la boca, mordí mi lengua y encadené mis celos lo mejor que pude.
    
    —No te lo agradecí frente a frente con palabras, más erré con tu silencio, creyéndote convencido de mi perpetua fidelidad. Al final puede que al aceptarme con esos cambios, ayudaste a que terminara de perderme, con mayor tranquilidad.
    
    — ¡Ves como si tuve la culpa! Te dejé elegir y me conformé con la nueva Mariana.
    
    — ¡Melissa! Fue ella, la vanidosa y orgullosa, quien se apropió de esa mujer que salía de día hasta la noche a la calle. Tu Mariana seguía siempre igual, amándote y compartiendo tus éxitos dentro del calor de nuestro hogar.
    
    — ¡Si así lo piensas, pues será creerte! Sin embargo yo vivía con una sola mujer. La que ofuscada se fue de nuestra casa esa tarde para encontrarme después en la fiesta con otra muy distinta. Recuerdo llegar a la ubicación que me enviaste al teléfono celular, sin ninguna frase adicional por disculpa al marcharte molesta, vestida únicamente con ese disfraz tan sensual y revelador. Casi no consigo donde aparcar mi ...
    ... camioneta y al otro extremo de esa poca iluminada calle conseguí un lugar disponible y al bajar, revisé con la mirada donde estaba el tuyo, pero no lo vi. Con las dos bolsas de regalos ingresé en aquella casa. La puerta completamente abierta fue la única que me recibió, así que pasé directamente a mi derecha para encontrarme con Eduardo, Fadia, Elizabeth y su amable esposo. Sin poder preguntarle a ninguno de ellos por tu paradero, descargué los paquetes en la esquina opuesta a la entrada, donde se apilaban los demás obsequios y me saludé con tus compañeros y los ingenieros que trabajaban conmigo en el piso once.
    
    —La botella de Chivas Regal como presente, fui a la cocina para dejarla y justo allí esperando encontrarme con la curvilínea figura de mi esposa embutida en su traje de látex negro, me topé con la visión de un enorme perro esquimal que hurgaba con su hocico en medio de las piernas de una mujer vestida con pantalones holgados de un llamativo amarillo, chaqueta ancha tipo Frac, con un pañuelo sobresaliendo del bolsillo frontal, igualmente toda del mismo vibrante color, contrastando con sus brillantes zapatos negros de charol y su camisa impecablemente blanca. Corbata oscura y amplia con claros arabescos, tirantes negros abotonados a la pretina del pantalón. Ambas manos, su cuello y la cara maquillada igualmente de verde, a excepción de los labios pintados de un rojo tan intenso como mi cajetilla de cigarrillos, y colgando de sus orejas unos inmensos aros dorados que hacían ...
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