1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (30)


    Fecha: 10/06/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... interés? ¡Y me molestó! Pero la angustia de mis celos no se calmaron cuando finalizó la canción, pues tu adorado siete mujeres no despegaba su mano de tu cintura, quedándose los dos en medio de la sala muy cercanos, mientras se miraban al hablar quién sabe de qué cosas, conectando sus miradas con cierta complicidad, para finalizar separándose sin que desapareciera de sus bocas la mutua sonrisa.
    
    —Mientras que el agitado palpitar de mi corazón provocó que en mi razón surgiera la idea de que existía una conexión más intrínseca entre ustedes dos, y pensara en la posibilidad, altamente probable, que tú nombre y apellido ya estuviera escrito en algún renglón de su inventario de conquistas. Y ya no quise mirarlos más, prometiéndome mantener la calma mientras más tarde en nuestra casa, pudiera sostener una charla sobre eso.
    
    —Sí, es verdad. Recuerdo bien que acercó sus labios a los míos, en medio de todos los allí presentes y sentí que el tiempo se detenía, pero el volumen de la música cesó y pude apartarme justo a tiempo, para buscarte disimuladamente con la mirada, más tú ya no estabas y solo me encontré con la sonrisa libidinosa de Eduardo y el gesto de complicidad de Fadia, haciéndome la señal con su dedo índice, indicándome que no me preocupara pues ya estabas afuera de la casa. Me retiré al baño auxiliar, cruzándome con K-Mena y de paso dejando en sus manos mi caluroso y estrambótico sombrero. Allí dentro me refresqué el rostro abanicándome con las manos, y me recriminé ...
    ... mentalmente. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué le propuse todo eso? Estaba ciertamente molesta conmigo misma pues yo… Corporalmente lo había disfrutado. Salí del baño y al girar hacia la salida te vi buscándome y suspiré aliviada al saber que no te habías dado cuenta de nada.
    
    —Y cuando todo parecía jugar a mi favor, me alteré al ver como Elizabeth observándome se dirigía hacia ti y entonces si me preocupé. Me crucé por delante y la atajé para llevármela hacia el comedor con el pretexto de servirnos otro coctel. Y me habló por supuesto de lo que había visto. Me advirtió de nuevo que con Nacho podría quemarme. Apacigüe sus profecías al decirle que lo tenía todo controlado y que yo tenía claro cuando y como bajarle la llama antes de arder con él.
    
    —Junto a Sergio el novio de tu amiga Carmen Helena, acompañamos al ingeniero hasta el fondo de la casa, y allí en el patio mientras él y yo fumábamos, te vi hablar con Elizabeth, quien ya estrenaba la Pashmina de Cachemira que le regalé al ser ella mi amiga secreta. Luego allí fuera casi terminando de fumar, los tres observamos con claridad como la luz de una ventana en el segundo piso se iluminaba y tras los velos dos figuras se vislumbraban. Una más alta que la otra. Pero la más baja utilizaba en su cabeza un sombrero. Se abrazaron, parecían besarse y la sombra con sombrero aparentemente se arrodilló ante la más alta. ¡Ya te habías acostado con él! ¿No es verdad?
    
    — ¡No! Te he dicho toda la verdad. No era yo, estaba con tu asistente. ...