1. Incesto. alcohol y unas rayas


    Fecha: 13/06/2024, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... nuestro.
    
    -Sí, será mejor. Para eso te he traído a mi casa.
    
    La casa era de planta baja, tenía una cocina, un aseo, tres habitaciones. Un comedor que tenía una mesa redonda y seis sillas y una sala de estar que tenía dos sofás, un tresillo, una mesa camilla con una alfombras debajo, un par de muebles, unos cuadros en las paredes y unas cortinas de seda en las ventanas. La casa tenía un pequeño jardín delante y un pequeño huerto detrás.
    
    Vero había dejado la botella de White Horse y su vaso encima de la mesa camilla. Isa lo cogió y se bebió lo que había a dejado, luego me preguntó:
    
    -¿Quieres un trago?
    
    -Sí.
    
    -Voy a por un vaso limpio.
    
    -Ese mismo me vale.
    
    Echó el whisky en el vaso y me preguntó:
    
    -¿Hielo?
    
    -Fuego, he venido a por fuego.
    
    Me siguió la broma.
    
    -Saca el puro, forastero.
    
    Vero abrió la puerta de su habitación, asomó la cabeza y dijo:
    
    -¡Que asco me dais!
    
    Isa la amenazó.
    
    -¡A qué voy!
    
    Antes de volver a cerrar la puerta le dijo:
    
    -¡Puta!
    
    Aún no pasara un minuto cuando salió Vero de su habitación con la bata abierta enseñando las tetas y el coño peludo. Puso un brazo en el marco de la puerta y dijo:
    
    -¿No prefieres mi cuerpo al suyo, Quique?
    
    Isa se enfureció.
    
    -¡Te mato, cabrona!
    
    -Para eso antes tienes que cogerme, putona.
    
    Isa hizo amago de ir a por su hermana .Vero se volvió a meter en su habitación y cerró la puerta
    
    En bajito me dijo.
    
    -Habla cómo si te estuviera haciendo una mamada que le voy a dar un ...
    ... escarmiento.
    
    Isa se fue en la punta de los pies hasta la puerta de la habitación de su hermana y quedó con la espalda apoyada a la pared. Yo halagué sus supuestas dotes amatorias y le llamé bonita, cosita sexy..., le llamé cosas agradables. Al rato Vero asomó de nuevo la cabeza.
    
    -Mama, cerda, mama.
    
    Isa le echó una mano a la garganta, la otra a la parte de atrás del cuello y la sacó de la habitación. Casi a rastras la llevó al tresillo. Se sentó, la sentó en sus rodillas y le levantó la bata. Vi su culo moreno y redondito, el corte de su coño y unos pelos alrededor. Isa me dijo:
    
    -Sácale una chinela y dámela.
    
    Se la saqué y se la di. Vero me dijo:
    
    -Eres cómo todos, por follar vendéis vuestra alma al diablo.
    
    Isa le iba a largar a su hermana y Vero le iba a llamar de todo.
    
    -¡¡¡Zassss!!! -¡Hija de puta!- ¡¡¡Zassss!!! -¡Folla perros!- ¡¡¡Zassss!! -¡Adefesio! ¡¡Zasssss...!!!
    
    -¿Nos vas a dejar en paz?
    
    -¡No! Yo también quiero follar.
    
    Le dije a Isa.
    
    -Mujer, si es por eso, polla tengo para las dos.
    
    Isa me enseñó la chinela, una chinela gris con franjas marrones y con el piso negro de goma, y me dijo:
    
    -¿A quién has venido a follar, cabronazo?
    
    No tenía ganas de ruidos, y menos de quedarme sin follar, así que le respondí:
    
    -A ti, a ti.
    
    Vero volvió a meter la pata.
    
    -Pero teniéndome a mí...
    
    -¡¡¡Zassss!!! -¡Bicho!- ¡¡¡Zassss!! -¡Maricona!- ¡¡¡Zassss!!!- Dame un beso, Isabel.
    
    Isa le dijo con sorna.
    
    -Sí, en el culo.
    
    -Y en el chocho ...
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