1. Andrea, de vuelta al hogar


    Fecha: 18/06/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    Andrea volvía a casa después estar algunos años con sus roomies, con un par de maletas y cajas el taxi la dejó frente a la casa donde creció. Su madre la abrazó como si no la hubiera visto en años, incluso lloro. Y… solo miraba desde la puerta, luego sonriendo salió a ayudar con las maletas.
    
    Al entrar espero a que ella pasara por delante, lenta y atentamente subió tras ella, una de las cosas por las que salió huyendo hace cinco años. Sabia que Darío admiraba su culo, también sabia que a propósito la dejó pasar por delante.
    
    Años atrás cuando su madre decidió rehacer su vida, habló con ella para que le diera una oportunidad a Darío. Que al principio se portó muy bien, incluso la llevaba a la universidad
    
    Pero el cuerpo de Andrea hacía tiempo que era hermoso, parecía imposible, sus piernas y nalgas seguían tomando volumen. Y Darío lo notaba, por las mañanas cuando ella salía de su cuarto en pijama, con ese short que se metía entre sus nalgas, sin poder evitarlo surgía una ereccion, era incontrolable, también para ella era incomodo pues sentía su mirada y algunas veces como el resbalaba su mano al pasar cerca para rozar sus nalgas.
    
    Los problemas empezaron cuando Darío recayó en el alcohol, borracho dejaba salir todo lo que pensaba.
    
    —¡Mija que culote tan rico tienes me cae de madre!
    
    —¿qué? –ella corría a su habitación hasta que llegara su mamá, aunque para entonces él estaba roncando en la sala y Andrea prefería no decir nada, evitar problemas. Así fue casi cada ...
    ... fin de semana, hasta que un día en el que ella cocinaba. Darío entró cayéndose de borracho y gritando.
    
    —¡¿por que no me dejas agarrar esas nalgas?!
    
    –¿otra vez borracho? Ahora si le dire a mamá.
    
    —Déjame tocar ese culo, no seas cabrona–decía el caso haciendo berrinche.
    
    Apenas pudo salir, él la sujetó en la sala.
    
    —¡No seas hija de tu chingada madre! –la giro y mientras le sobaba las nalgas se bajo el pantalón y con la otra mano se masturbo, ante la mirada atónita de Andrea.
    
    —¡Que asco! –aunque le daba en verdad repulsión, no podía dejar de ver aquella verga gruesa entre una maraña de vello. Al igual que lo vio aventar tremendos chorros de semen sobre la alfombra. Momento en que se soltó y se fue corriendo a su habitación. En cuanto lo escucho roncar salió con su maleta, hacía meses que un par de amigas la invitaban a ser su roomie. Hoy ella aceptaba.
    
    Pero una pandemia lo cambia todo, una de sus amigas perdió el empleo, la otra se casó y ella no podría sola con los gastos. Además de no tener un empleo fijo. Y ahí estaba, llegando a su habitación con el aliento de Darío a sus espaldas.
    
    —Llevo dos años sin tomar –le dijo a modo de disculpa o bienvenida.
    
    —Felicidades –contesto ella de manera seca y cortante.
    
    Darío estaba más gordo, se dejó la barba y su voz era la misma fuerte y profunda.
    
    Las primeras semanas todo fue relativamente normal, ella evitaba a Darío y él guardaba su distancia, su madre trataba de que todo fuera normal pero no era normal. No ...
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