1. Respondiendo preguntas de un lector


    Fecha: 23/06/2024, Categorías: No Consentido Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    Hace unos días, Félix, quien me ha escrito un par de correos y con frecuencia hace comentarios, puso en un comentario de "Tropa loca 4", lo siguiente: “Me gusta tu manera tan directa para decir que sí, e irte a la cama con quien te apetece. ¿También te acostaste con alguien que tú no querías?”
    
    Sí, en mis treintas y cuarentas anduve cogiendo mucho. En varias ocasiones me tiraba a tres el mismo día, pero separados, pues nunca me pasó por la cabeza tanta promiscuidad, lamentablemente... Hasta pasados los 70 años, motivada por un relato de Ber titulado “Tumulto”, decidí disfrutar a mis amantes juntos, ya lo relaté en “Bodas de oro”
    
    Pude haber remitido a Félix a que leyera algo que ya comenté cuando me lo preguntaron: con la mayoría, hice el amor emocionándome, pero muchas veces me decepcionaron; con otras personas, lo hice por caliente y por amistad con algo de piedad: lo deseaban y me parecía que con su deseo y esfuerzo se ganaron el pase para asomarse por un instante a ver cómo era el cielo, y de paso bajarme la calentura. Lamentablemente también hubo dos violaciones que prefiero olvidar. Pero contaré aquí una de ellas.
    
    Andaba paseando en un bosque de un país centroamericano con Helen, una de mis hermanas, y Eduardo, cuando nos cortaron el paso tres sujetos armados. Ni idea si se trataba de soldados, de desertores o de guerrilleros. Con cinchos elásticos ataron de pies y manos de Eduardo, quien se portó como un corderito, diciendo sí a todo. Su premio fue presenciar ...
    ... en primera fila la violación. Cuando lo contamos, el novio de mi hermana, muy engalladito dijo “Si yo hubiera ido, a ustedes no las habrían tocado” y miró con severidad a Eduardo. “Quizá te hubiesen matado primero y luego a ellas”, le respondió Saúl, tratando de descargarle penas a Eduardo, quien se había puesto lívido por la mirada de enojo que había recibido del novio de mi hermana.
    
    Me pareció buen gesto de Saúl, pero a él nunca lo sentí molesto porque unos más se hubieran cogido a su esposa. Aunque sí enojado por el hecho de haber ocurrido en violación.
    
    A mi hermana únicamente uno la violó: le levantó el vestido, le quitó las bragas, él solamente se sacó el pene muy erecto y la penetró salvajemente. El tipo, una vez que se vino, se quedó sobre ella para reponerse, y, cuando lo hizo, se levantó desfallecido de satisfacción; pasó a hacer guardia y suplir en el amago a su tercer compañero. Mi hermana se quedó tirada llorando. No era para menos, el trauma le duró mucho tiempo. Antes de retirarse de ella, el violador empujó a Eduardo, haciendo que su cara quedara sobre el pubis peludo de mi hermana y le ordenó “Límpiala bien, para que no le moleste la lefa al que sigue”. Pero no hubo más para ella. Eduardo, muy asustado, se puso a lamerle la pucha a mi hermana cuando el sujeto le apuntó con el rifle a la cabeza.
    
    Mientras se cogían a mi hermana, otro sujeto, quien parecía ser el jefe, me desgarró la ropa rompiéndola ayudándose con un filoso cuchillo. Yo estaba paralizada ...
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