1. Respondiendo preguntas de un lector


    Fecha: 23/06/2024, Categorías: No Consentido Autor: Tita, Fuente: CuentoRelatos

    ... del miedo, incluso de que me tasajeara con su arma tan cortante, y no opuse resistencia. “Aquí está lo más sabroso”, exclamó al romper el broche de mi sostén haciendo saltar mis tetas. Desnuda, me tiró en la hierba, él también se desnudó completamente y se abalanzó sobre mí magreándome a su gusto las chiches, chupándolas y dando uno que otro pequeño mordisco de vez en cuando. Sin soltar su boca de mi pecho, me penetró dolorosamente pues yo no estaba lubricada. Una vez que eyaculó ríos de semen dentro de mí, invitó a quien había estado custodiando la acción para que eligiera a quién quería cogerse. Otra vez fui yo… Me sentí menos mal al ver que no eligió a mi hermana que continuaba llorando amargamente, a pesar de que ya estaba limpia por los lengüetazos de Eduardo, a quien volvieron a acomodar sentado para seguir viendo todo lo que ellos hacían.
    
    Eduardo se sentía muy mal de ver cómo gozaban conmigo sin poder hacer algo. Mi hermana no se atrevió a moverse, se quedó acostada y sollozando sin abrir los ojos. El segundo individuo no se desnudó, se quitó un chaleco antibalas y el cinturón con cargadores, luego se bajó los pantalones y se resbaló en el esperma de su compañero. No fue tan doloroso como el anterior, además de que su picha era más delgada, pero yo quedé intemperita, solamente deseando que terminaran y se fueran. Pasó lo mismo que con el primero, me cogió chupándome las tetas, se vino y siguió mamando mientras se reponía para darme otro revolcón.
    
    Mis pezones ...
    ... estaban hinchados de tantas chupadas y ese fue el atractivo para que, quien había abusado de mi hermana, le solicitara al jefe darme una descarga más de semen que aún le quedaba. “¿Aguantas otra más, putita?”, me preguntó el que al parecer mandaba. Yo, resignada, sólo abrí las piernas y levanté los hombros. El sujeto que violó a mi hermana, conmigo si se desnudó, “A esta puta hay que disfrutarla con toda la piel”, dijo y me puso su verga, semiflácida en la boca, ordenándome “Chúpala para que te entre bien parada, puta” y me acarició las chiches. Después de unas pocas mamadas y jalones de escroto que le di, se le puso enorme y se acostó sobre mí para hacer exactamente lo que sus compañeros me habían hecho. Eduardo, a veces bajaba la cara y cerraba los ojos, para disimular su enojo y su terror, pero recibía un jalón de cabellos y una orden: “Fíjate bien, para que lo hagas cuando quiera recordarnos”. Aunque sus palabras nos molestaran, llevaban un tono esperanzador de que nos dejarían con vida. El violador de mi hermana terminó dentro de mí y se Puso de rodillas, una a cada lado de mi cintura, arrastrándose haciendo que sus huevos recorrieran mi piel hasta rebasar mi pecho, colocando su colgante y mojadísimo pene en mi boca para que yo se la volviera a chupar. “Límpialo”, dijo y yo lo hice sin protestar, pero sintiendo algo de goce al lamer la mezcla de los tres. “Carita de puta”, exclamó, seguramente al descubrir visos de placer en mis ojos. Sin más, ellos se fueron y nosotros nos ...