Arturo y Alma (I)
Fecha: 25/06/2024,
Categorías:
Intercambios
Autor: Edu y Pam, Fuente: CuentoRelatos
... grueso recorriendo la entrada de tu vagina, de tu culito y rozar con tu clítoris. Eso hizo estremecerte. Llevaste tu mano hacia atrás de ti para recorrer ese pene y darte cuenta de que ya estaba erecto, húmedo, largo y ancho como te gustan y listo para ti. Lo tomaste con tus dedos, lo guiaste para acomodarlo en la entrada y sentiste como fue abriéndose paso la ya hichada punta dentro de tí, seguida de ese tronco ancho que te abría cada vez más, proporcionandote una indescriptible sensación. Lo fuiste recibiendo completamente con facilidad, gracias a lo mojada que ya estaba tu vagina, tu respiración contenida mientras eras penetrada y sólo dejaste escapar un gemido al sentirte completamente invadida, sus testículos chocar con tus muslos, su total longitud tocando las paredes interiores y ante ello, tu cuerpo no pudo más que reaccionar a esta penetración, corriendote intensamente al sentir su punta chocar con el fondo de tu vagina.
Tu cuerpo temblaba y tus líquidos salían con intensidad producto de esa corrida que acompañaba tu orgasmo, mojando sus testículos, tus muslos y los de él y dejando su verga completamente empapada. Al ver tu reacción, Arturo sólo exclamó sorprendido y le dijo a Alma que eras una mujer supersensible, exitante y muy sensual. Dejó recuperarte brevemente, sin sacar su duro pene de dentro de tí y comenzó a cogerte con él poco a poco, haciendote sentir completamente suya en esos momentos.
Alma podía ver a Arturo empujar cada vez con un ritmo más ...
... intenso y observar tu cara de satisfacción y de disfrute al ser penetrada de esa forma que te gusta tanto. Ya no la acariciabas, por estar recibiendo los embates de ese duro miembro que te hacía acercarte rápidamente a otro orgasmo igual de intenso que el anterior. Alma se quitó de debajo de ti y fue a besar en la boca a Arturo, para tener un primer plano de cómo su pene estaba taladrándo ya tu ardiente y muy lubricada vagina. Desde donde se colocó Alma podía observar a forma que Arturo sacaba casi la totalidad de su pene, alcanzaba a ver tu vagina dilatada y cómo volvía a penetrar con fuerza hasta el fondo de tu cuerpo con su duro ariete. Tus manos buscaron la forma de sujetarse de la sábana, para poder contener sus empujones y, cuando ya te sentiste bien agarrada, comenzaste a empujar tus caderas hacia él, con un ritmo acompasado a la cogida que te estaba propinando Arturo.
Alma no tardó en acariciar tu espalda, intentó tocar tus senos, que estaban prácticamente aplastados bajo tu cuerpo sobre la cama y recorrer tus ricas nalgas con sus dedos, rozando con sus uñas tu piel totalmente distendida por la forma en que te penetraba Arturo. Besaba a Arturto y le preguntaba si estaba disfrutando de cogerte y él entre jadeos sólo alcanzaba a contestar que sí. Tu cuerpo no tardó en aproximarse a otro orgasmo y tu sudor copioso dejaba ver cuanto lo estabas disfrutando.
Alma regresó sus caricias a tu cadera. Observaba con atención la intensidad que estaba tomando la cogida y, mojando ...