1. Verano del 2015


    Fecha: 26/06/2024, Categorías: Incesto Autor: Leo211, Fuente: CuentoRelatos

    Como era costumbre en temporada habíamos rentado una casa a unos 80 km de la capital, en un balneario cercano a Costa azul. La segunda quincena de enero era un poco más apacible que la primera, pero aun así el flujo de turistas era continuo.
    
    La idea como siempre era que fuesen vacaciones familiares, Claudio mi hijo llevó a su esposa, yo a mi mujer y a Camila nuestra hija de 21 años. Alquilamos aquella amplia casa de veraneo para tener la comodidad necesaria las tres semanas que pensábamos permanecer. Nada más lejos de la realidad.
    
    La primera semana transcurrió de lo más normal, playa, siesta, barbacoa, alcohol... Lo común sin excesos, mi esposa y yo nos encerrábamos en el dormitorio y el sexo veraniego era más frecuente de lo normal, el calor disparaba el morbo y la escasez de vestimenta la imaginación, uno estaba siempre dispuesto.
    
    Marta (mi nuera) supongo, a juzgar por algún quejido que huía de su habitación le ocurría mismo y la nena ya lejos de su infancia se escondía en libros y problemas matemáticos para darle sentido a una existencia un poco más agitada, que lo que hasta ahí yo sabía. La deserción obligada se desató la segunda semana, a Marta la llamaron de la capital de forma urgente para hacerse cargo de una nueva sala, que inauguraba el hospital donde se desempeñaba, era un sueño hecho realidad que truncó felizmente sus vacaciones, así que nos abandonaron sin vacilar, prometiendo volver para pasar los últimos días en familia.
    
    Al calor húmedo y sofocante ...
    ... las noches le otorgaban una tregua tan relajante como deseada. Dos días después de la partida de mi hijo y su mujer, una alarmante llamada repentina dio por tierra nuestra continuidad. La hermana de mi señora tuvo un accidente cardiovascular y fue internada urgente en Buenos Aires (Argentina). Por lo que debíamos viajar.
    
    —Amor, ustedes quédense. Disfruten estos días, la casa está pagada hasta el 4 de febrero, no vamos a perder eso.
    
    Y así fue como luego de un corto debate decidimos llevarla al aeropuerto para que permanezca con su familia y regresé con Cami y un débil resto de ánimo a continuar aquellas vacaciones saboteadas por el infortunio. No es sencillo narrar lo que ocurrió ese verano, de una manera racional, no quiero despojarme de la culpa que me corresponde, pero debo añadir que fui víctima también de un perfecto complot del destino, que tejió sin dudas un ámbito propicio para aquella deliciosa aberración que se gestaba.
    
    El aire acondicionado de mi dormitorio dejó de funcionar, por lo que opte mudarme para la habitación de arriba, la que antes ocupaba mi hijo, contigua a la de Camila, fue sin saber fue el principio de la trampa sutil de un deseo abrasador que estaba por consumir la moral férrea que hasta allí creía poseer.
    
    El calor agobiante sudaba nuestras pieles es verdad, sin embargo, solo era una pequeña porción, una rueda en aquel engranaje que empezó a girar la segunda noche que quedamos solos. Después de cenar entre varias pausas donde el sonido de ...
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