Georgina (37) - Relatos Eróticos

Georgina (37)

... fiesta tomamos mucho alcohol y cuando vi que David estaba algo ebrio me acerqué a él y comencé a platicar de temas de la escuela... no sabía cómo preguntarle si yo le gustaba estaba muy nerviosa... pero de repente él me dijo que quería salir al patio para fumar y me preguntó si lo quería acompañar, acepté y cuando me ofreció un cigarrillo y me daba lumbre me preguntó sin rodeos: oye Roberto... ya has tenido relaciones sexuales?

- Nerviosa respondí: no David... soy virgen... nunca he tenido novio.

- Mirándome fijamente contestó: y no te gustaría tener novio?

- Repuse: me encantaría... pero es muy difícil encontrar un chico al que le gusten los hombres como yo.

- Me dijo: pues a mí me gustas mucho... tienes una cara muy bonita eres más guapo que la mayoría de las chicas de tu grupo.

- Respondí halagada: en serio te gusto?

- La verdad si... respondió, entonces que... te animas a ser mi novia?

- Nerviosa respondí: de veras quieres que sea tu novia?

- Me dijo: si pero... sería en secreto, porque ya sabes cómo son esos cabrones... no quiero que nos hagan burla, que dices aceptas?

- Respondí: pues sí... acepto ser tu novia en secreto, tú me gustas mucho.

- Dijo: ok, vamos al fondo del patio junto al lavadero ahí está más oscuro.

Cuando llegamos David me tomó de la cintura y jalándome hacia él me dio un beso en la boca yo respondí toda entregada, mientras me besaba apretaba mis nalguitas y mis piernas... ¡Ay comadre! por primera vez me puse caliente ...

... antes de ese día no pensaba demasiado en el sexo, pero David estaba despertando en mi unos deseos inmensos de ser cogida como una chica.

David tomó mi mano y la llevó hasta su bragueta, pude sentir su vergota parada debajo de la tela del pantalón... sin dejar de besarme me dijo: saca mi verga y sóbamela, con manos temblorosas desabroche su cinturón y bajé el zíper, metí mi mano en su calzón y pude palpar una vergota preciosa... comencé a masturbarlo suavemente mientras continuábamos besándonos, David me decía: así Robertito... así sóbame la verga.

Después de un rato así me dijo: Roberto... te animas a mamarme la verga?

Yo ya estaba muy excitada y le respondí que si, de inmediato me puse de rodillas frente a él y comencé a pasar mi lengua por la cabeza de su vergota, tenía un sabor salado pero no desagradable, metí la punta en mi boca y comencé a mamar por primera vez, no me costó mucho agarrar el ritmo... simplemente hice lo que había visto en las revistas pornográficas.

- Interrumpí el relato de mi comadre para preguntar: oye comadre... y te gustó el sabor de la verga?

- Continuó: !ay comadre! es bien rico... al principio me dio un poquito de asco pero después no quería dejar de mamar su vergota me sentía muy bien chupando con deleite esa rica vergota... me excitaba mucho estar ahí de rodillas mamando la vergota de mi primer novio, estuve unos minutos así deleitándome con los huevos de mi hombre y escuchando sus quejidos de placer... hasta que me dijo: ahora si ...