Aquella compañera de trabajo (Parte 2)
Fecha: 28/06/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: pudor69, Fuente: CuentoRelatos
... pezones rosaditos, modelándome un hilo color purpura bastante diminuto que apenas cubría su vagina. Detallo sus pies y Diosss, esos pies blanquitos y hermosos pintados del mismo color púrpura del hilo. Ya estaba completamente desesperado por meterle mi pene hasta lo mas profundo de su vagina.
Sin caer en la desesperación, lentamente comencé a besarla, rozaba sus labios como si no hubiese un mañana, introducía mi lengua suavemente en su boca, mientras acariciaba sus senos magníficos. Comencé a besar su cuello, sus orejas, sin dejar de acariciar cada rincón de su cuerpo. Me detuve en su pecho por unos minutos, chupe sus senos hasta que se pusieron firmes, y sentía como su respiración se aceleraba más y más. Recorrí con mi lengua su abdomen, pasando por su ombligo hasta llegar lentamente hasta su vagina. Besaba su vagina sin quitarle aun el hilo, pasaba mi lengua por encima ferozmente haciéndole sentir que quería comerme todo ese bollo delicioso. Le bajo el hilo y tenía esa totona depiladita por completo y rosadita, la boca se me hizo agua más aún. Al quitarle el hilo me detengo en sus hermosos pies y no pude evitar lamerlos, acariciarlos, besarlos. Chuparle todo a su alrededor. Esos pies estaban bellos y de un olor delicioso. Subo hasta su vagina y suavemente mi lengua acaricia su clítoris, mientras su totona se humedece cada vez más. Al ver tanto fluido que sale de su vagina, decido meter mi lengua hasta lo más profundo y saborear todo ese líquido que recorría por su ...
... interior. Que cosa tan deliciosa. Seguidamente, ella me indica que es su turno, y yo la dejo continuar. Me pongo de pie y ella se arrodilla ante mí, quedando mi pene templado justamente encima de su cara. Le coloco una almohada para que no maltrate sus rodillas y le sujeto sutilmente su cabello, mientras ella con una mano empieza acariciar mi pene, haciendo movimientos hacia atrás y adelante. Pasando su lengua por mi glande, y sus ojos haciéndome miradas atrevidas. Metió mi pene dentro de su boca, haciéndome una de las mamadas más ricas de mi vida, de verdad era buenísima mamándolo, y me decía que le encantaba hacerlo.
Después de un rato de mamadas de parte y parte, la tomo de la cintura y le doy la vuelta. La coloco en cuatro a orillas de la cama y me rogaba que le metiera mi pene hasta el fondo. Se lo metí despacito, con movimientos circulares dentro de su vagina, aumentando la velocidad poco a poco. Ella estaba en su punto de clímax y me decía: “Si papi que rico, méteme todo ese huevo anda, dame duro”. Haciendo caso a sus palabras, me afinque con todo, y a pesar de no tener un pene enorme, sentía que le estaba tocando el fondo de su alma, y ella también lo sentía. Le da un rack intenso, evitando acabar primero que ella, hasta que por fin me gritó: “Si papi, que rico. Ya me vengo”. Cosa que me excita mucho escucharlo. Le dije que aún no terminamos, yo no había llegado, y la subí al burrito con su toto frente a mi. Sus piernas quedaron abiertas de largo a largo y esa pepita se ...