1. Gotas Sofocantes de Amorts - Pt2 (H19) (M19)


    Fecha: 28/06/2024, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ella, le calentó bien cabrón y empezó a soltar gritos cortos y casi ahogados.
    
    Yo seguía de adentro para afuera y jugando con su cacahuatito.
    
    Ella comenzó poco a poco a gemir más y más rápido hasta que soltó esos gemidos entrecortados y mi reata empiezo a ser comprimida fuertemente dentro de ella.
    
    La neta sus contracciones dolían hasta los huevos, pero ni madres que me iba a rajar. Nomás' no me salí de ahí por mis huevotes.
    
    Ella siguió con su orgasmo y yo la neta ya no quería seguir ahí porque nomás' no podía ver para ningún lado porque el cloro del agua ya me había dejado ciego para ese punto.
    
    De hecho no lo pensé tanto y decidí seguirle dando para al menos deslecharme y tener algo bueno pa' contar.
    
    Ella terminó su orgasmo y yo continúe bombeando, con todo y el dolor que me habían provocado sus contracciones.
    
    Estuve así, de adentro para afuera y dando nalgadas en lo poco que alcanzaba a ver (jaja) de su culish por lo que fueron unos 7 minutos más.
    
    Poco a poco me empezaron a temblar las piernitas y sabía que ya venían mis chamacos a conocer el mundo exterior.
    
    Le avisé que ya me iba a venir y ella automáticamente comenzó a pegarse más hacia a mi y a mover sus jugosas nalgas en mi pubis.
    
    Pasaron unos segundos más y MADRES!!! Comencé a sentir cómo salían disparados mis ...
    ... chavos dentro de ella.
    
    Obviamente ella lo sintió y empezó a gemir.
    
    Yo nada más sentía mis patitas temblar cómo lombrices mientras me venía jajaja.
    
    Terminé de venirme y ella se seguía moviendo en mi miembro.
    
    Yo sentía que me habían sacado la leche de hasta dos años en el futuro.
    
    Andaba jadeando y sudando.
    
    Ella detuvo su movimiento y poco a poco comencé a salir de su jugosa cavidad.
    
    Mis chamacos en chinga se salieron de ella y yo nada más lloraba por verlos irse nadando a su destino, la coladera.
    
    Obviamente no lloré jajaja.
    
    En fin, terminé por cerrar la pinche regadera que ya me tenía hasta la madre con su pendeja agua con más cloro que la chingada y nos quedamos ahí un rato con besitos y abrazos.
    
    Todavía nos echamos otros dos palos, pero ya en la cama (si quieren saber de esos, me avisan).
    
    Algo aprendí de ésto y es que en la imaginación, hacerlo dentro de la regadera se escucha de lo más cachondos, pero la realidad es que es bien pendejamente incómodo.
    
    En fin, amiguitos y amiguitas. Ese fue el cuento de cómo casi fuí a conocer a San Pedro con causa de asfixia por inmersión jaja (bromi).
    
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    Besitos en la nuca, mis niñes! ❤️ 
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