Mi historia con una mujer maltratada (4)
Fecha: 01/07/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos
... que te hizo. ¡Yo no soy la solución de tus problemas, si querés yo puedo ayudarte a solucionarlos! Vos tenés que dar el próximo paso.
Se quedó callada y no dijo nada más. Fui muy duro con ella me parece.
Terminamos de comer y se puso a trabajar otra vez.
Me senté con ella en su escritorio y le dije:
–Anen, escuchame. No sé vos, pero yo comí atragantado.
–Yo también, boludo.
Pude notar como las lágrimas caían desde sus ojos hasta su mentón, pasando por sus mejillas y luego sobre sus rodillas. Traté de contenerla y le acaricié la pierna.
–Estoy con vos para lo que sea. Cualquier obstáculo que tengas que atravesar lo atravesamos juntos, ¡¡con todo!! ¡¿Me escuchaste?!
–Sí.
–Cualquier cosa que quieras contar, descargate conmigo.
–Sos la única persona que me dijo eso en toda mi vida.
–Me alegro de ser la única persona importante en tu vida.
Nos dimos un abrazo.
–Te amo y nunca te voy a dejar ir, morenaza.
–Qué hermoso que sos.
Llegó la noche, ella dejó de trabajar y nos sentamos en el sillón. Nos pusimos a ver una película romántica en Netflix. Nos empezamos a desnudar. Luego de desnudarnos, ella puso su cabeza en mis muslos, yo subí sus piernas al sillón y tocaba sus caderas, me encantaba. En un momento, ella dejó de ver la película, giró su cuerpo quedando completamente boca arriba. Yo miré hacia abajo, y vi en sus ojos una mirada de cazadora, nunca la había visto así. Fruncía el ceño y se mordía los labios de una manera que parecía ...
... ensayada. Su labio superior era recorrido por su lengua, a causa del deseo. Se tocaba los pechos con una mano por debajo del corpiño y con la otra se tocaba más abajo. Yo también la empecé a tocar ahí y estaba empapada. Entonces susurró lentamente: "Quiero saborear cada centímetro de esa verga". Esa frase me encendió. "¿Y qué es lo que te detiene? Contáme", pregunté en el mismo tono. Apagó la TV. La levanté a upa y la llevé al cuarto a paso de hombre mientras le decía “te amo” una y otra vez y jugaba con sus pechos por arriba del corpiño. Ni bien llegué al picaporte de la puerta, la abrí con el codo. La tiré en la cama, fui a cerrar la puerta, le saqué la tanga y le empecé a hacer un oral. Después de unos minutos dijo: "Ahora es mi turno, te voy a dar tanto placer que vas a desear nacer otra vez para volver a estar conmigo, ahora sentate en el pie de la cama". Esas palabras me intimidaron bastante. Abandonó su posición de sumisa y entró en modo ´loba´. Se paró de la cama, se desabrochó el corpiño, se acercó adonde estaba yo y se arrodilló enfrente mío. Inició tocando mi cuello, pecho, abdomen, siguió bajando y bajando. Me empezó a tocar por encima del bóxer, hasta que se paró por completo, me lo bajó y me la empezó a chupar, subía y bajaba suavemente, me lengüeteaba por todos lados. Lamía el tronco desde la base hasta la punta. Jugaba con su lengua y sus dedos en mi glande. Con las dos manos me apretaba el falo, en algunas ocasiones una de sus manos dejaba su trabajo manual ...