1. Cuando fui asistente de una madura (2)


    Fecha: 02/07/2024, Categorías: Incesto Autor: SuerteO, Fuente: CuentoRelatos

    S: ¡¡Que rica estás!!
    
    C: ¡¡Ah!! ¡¡Uhm, uhm!!
    
    S: Mi mama si que sabe escoger ¡ricas putas!
    
    C: ¡¡Ah!! ¡¡La tienes riquísima!!
    
    Estaba yo en cuatro recibiendo la verga de 23 cm de Santiago, el hijo de Margaret, el muy cabrón me estaba rompiendo el culo de una manera ¡salvaje y rica!
    
    S: toma puta, uhm, ¡¡ah!!
    
    C: ¡¡¡Que rico, ah!!!
    
    Su semen me lleno todo el culo, aun goteando me jalo el cabello y dirigo su verga a mi boca para que se la limpiara y me tragara hasta la última gota de leche que escurría de el.
    
    S: Esta fue una rica velada, oye te veo el sábado en mi departamento ¿te parece?
    
    C: ¿El sábado? no puedo, es el cumpleaños de mi hija, no puedo ir.
    
    S: ¡Bueno! Tal vez tu marido deba enterarse que te coges a tu jefa, ¡jaja!
    
    C: Está bien, haber que me invento, ahí estaré.
    
    Mi relato anterior les hable como me volví amante de mi jefa, todo iba muy bien hasta que su hijo mayor, Santiago, nos descubrió.
    
    Nos hizo un escándalo, amenazó con difamarme, su madre me dijo que fuera hablar con él y negociar, el muy maldito me pidió las nalgas a cambio de su silencio, así que desde ese día era la puta de su madre y la de él.
    
    Él me citó el sábado a su departamento y pese a que era el cumpleaños de mi hija tuve que inventarme algo bueno y cambiarlo para el domingo, por suerte mi hija aceptó, así que me arreglé y fui al departamento de Santiago.
    
    Me puse un traje de minifalda gris que me gusta mucho, me encanta como resalta mi figura, ademas que mis ...
    ... muslos quedan al aire, me encanta ese traje y lo acompañe con unos tacones negros.
    
    Llegué a la casa de Santiago, él abrió, bebía una cerveza extranjera y vestía un traje, se veia muy bien.
    
    Santiago en ese momento tenía 24 años, era alto, medía 1.90 cm, fornido, piel morena, ojos claros, todo un carita, sin contar que tiene una verga grande, gruesa, de esas que me gustan.
    
    S: Me da gusto que vinieras.
    
    C: ¡Casi me obligaste! no espera, ¡me obligaste!
    
    S: ¡¡Jaja!! Que hermosa te ves, pero ponte cómoda, estamos esperando a alguien, mientras ¡bebe!
    
    Sus palabras me hicieron enojar, el muy maldito había invitado a alguien, seguro un amigo, ahora no estaba lista para doble penetracion, pero ni hablar, quien me manda a meterme en líos.
    
    Bebí un par de copas, él estaba a mi lado acariciándome las piernas y me pedía que le acariciara la verga, me besaba el cuello y los labios, admito que besaba muy rico.
    
    Me recosto en el sofa y bajo a mis piernas, las besaba sensualmente, levanto mi falda y comenzo a hacerme un rico ¡sexo oral!
    
    C: ¡¡Ah!! ¿No que esperábamos a alguien? ¡ah!
    
    S: No puedo esperar a comerme tu rico ¡¡coño!!
    
    Su boca devoraba toda mi concha, yo me retorcia de placer, a pesar de estar siendo extorsionada me la pasaba muy rico con Santiago.
    
    Sus dedos entraban a jugar con mi clítoris, su lengua estaba en mi culo saboreandolo todo, entrando y saliendo haciéndome gemir ¡fuerte!
    
    C: ¡¡¡Ah!!! Que rico, Santiago, ¡¡uhm!!
    
    S: ¡¡Adoro lo puta que ...
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